3.9.07

La selección de básquet y su ejemplo.

La selección de Basquet me provoca algo especial. Quizás sea porque el deporte me gusta bastante por haberlo practicado unos años o quizás no. Pero lo importante es que la imágen que dejan los equipos de basquet de nuestro país en los últimos 6 o 7 años merece que se la resalte.

En el Preolímpico que terminó ayer la cosa pasaba por la ausencia de los jugadores "estrellas" y la duda de si los que iban (lo que algunos no titubeaban en llamar "equipo B") estarian a la altura de semejante competencia. Los resultados hablan por sí solos, pero queria recalcar que más allá de que el objetivo no se hubiese cumplido (clasificar a los juegos olímpicos del año que viene), la imágen dada alcanzaba para sentirse satisfecho y orgulloso.

Es de destacar que en estas épocas en que los deportes son más bien enormes negocios y en dónde pareciera que la imágen y el espectáculo se comen la esencia misma con la que fueron creados haya todavia verdaderos equipos. Y no interesa que la frase suene a típica o algo por el estilo, porque el juego demostrado por Argentina debe ser calificado como el mejor juego de conjunto que vió esta competencia. La selección de Sergio Hernández fue el único EQUIPO de un torneo ganado por Estados Unidos en base a algo que tan bien saben manejar: su destreza e individualismo.

La entrega, el profesionalismo, la entereza, el compañerismo y la humildad demostrada por verdaderos grandes como Luis Scola, Carlos Delfino, Pablo Prigioni, Román González, Diego Logrippo y el mismo Leo Gutiérrez maravilló a propios y extraños, y bien merecido se lo tienen. Es en este sentido que se tiene que afirmar que ante el único equipo que Estados Unidos verdaderamente queria ganar (porque a los demás los supera sin sudar una gota), era Argentina. Y eso es digno de respetar: que el mejor indiscutido realmente te quiera pasar por encima es por algo.

No puedo evitar comparar estas situaciones con algunas otras que se viven con el deporte más popular del país. Hay tantas viejas y feas costumbres en el fútbol que no se ven en el básquet, que la verdad hacen que de más gusto todavía estar cercano a esta selección comandada por Hernández. Porque así se puede celebrar realmente la victoria, y aprender calladamente de la derrota. Todo un ejemplo que no viene ni de un libro, ni de un intelectual, ni de un profesor de universidad: viene de un conjunto de jugadores, técnicos y ayudantes que desde hace varios años funcionan realmente como lo que son: un verdadero equipo.

Bueno, me saqué las ganas. Hacia años que no escribia nada relacionado al básquet; creo que esta era una buena oportunidad para volver.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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