20.7.09

Los pasillos kafkianos de Rosario Central


Gran parte de las peculiaridades de la literatura de Franz Kafka podrían resumirse en el siguiente mini relato de su autoría (Una confusión cotidiana) donde las cosas más alocadas, casuales, inprevisibles y sin sentido se hacen presentes:

A. está a punto de hacer un negocio importante con B., que vive en H. A. se dirige a H. para tratar los asuntos previos, y recorre el camino de ida y vuelta en diez minutos respectivamente; al llegar a casa alardea de tal singular rapidez. Al día siguiente se dirige de nuevo a H. para cerrar definitivamente el acuerdo. Sabiendo que la negociación durará previsiblemente varias horas, A. sale de su casa a primera hora de la mañana. Sin embargo, a pesar de que todas las circunstancias, al menos desde el punto de vista de A., son idénticas a las del día anterior, esta vez tarda diez horas en recorrer el camino. Por la tarde, al llegar fatigado a H., le dicen que B., molesto por su ausencia, ha ido a buscarlo él mismo a su pueblo, y deberían haberse cruzado por el camino. Le recomiendan que espere. Pero A., temiendo por el negocio, se pone en marcha de inmediato y se dirige apresuradamente hacia su casa.

Esta vez recorre el camino en un instante, sin prestarle mucha atención. Una vez en casa le comunican que B. ya ha venido a primera hora de la mañana, justo al salir A. y que incluso se han cruzado en la puerta de la casa, donde B. le ha recordado el negocio que tenía pendiente, pero A. le ha dicho que no tenía tiempo, que tenía que salir a toda prisa. A pesar de ese comportamiento incomprensible A., B. ha decidido quedarse allí para esperarle. Aunque ha preguntado varias veces si A. ya había llegado, todavía se encuentra arriba, en la habitación de A. Contento de poder hablar pese a todo con B. y explicarle lo sucedido A. hecha a correr por las escaleras. Cuando está a punto de llegar arriba, tropieza, sufre un esguince y, casi desmayándose de dolor, incapaz incluso de gritar, gimiendo en la oscuridad, oye como B. -no sabe si desde muy lejos o justo a su lado- baja la escalera enfurecido, a pisotones y desaparece definitivamente.

Con una lógica similar, ha funcionado el Club Atletico Rosario Central en las últimas dos semanas:

Un técnico amado por gran parte de la parcialidad canalla decide aceptar el ofrecimiento de dirigir técnicamente al primer equipo de fútbol luego de que los jugadores de ese mismo equipo -debido a las pésimas actuaciones de los mismos- eyectara a 3 DTs distintos de sus cargos.

Russo tomó las riendas de algo que más que un equipo era una papa caliente sin vida, cobró buen dinero que sin dudas podría ganar en cualquier otro equipo y arriesgó mucho porque nadie garantizaba no terminar en la segunda división del fútbol argentino. Evidentemente llego a Rosario por cariño, aunque también hubo verdes de por medio.

Russo consiguió el objetivo planteado, lo único importante era dejar a Central en primera. Después del desahogo enseguida había que armar lo que venía, el desafío más engorroso de las últimas décadas. Sin embargo a la hora de nogociar el nuevo contrato del DT las partes no se pusieron de acuerdo: el técnico indicado para este momento de Central habría tenido demasiadas pretensiones económicas; el mejor presidente que ha tenido Central en años (aunque en temas futbolísticos es el que peores decisiones ha tomado en los últimos años) no aceptó dichas pretensiones y ni siquiera fue a sentarse a negociar cn Russo. Luego, fiel a su estilo irrespetuoso, intempestivo y de patrón de estancia salió a arremeter públicamente contra Russo demostrando su intolerancia característica.

Luego -siguiendo el estilo lilita Carrió- pidió licencia por 30 días y planeaba viajar al viejo mundo, pero Central no es una estancia y mucha gente salió a pedir que Russo siguiera, Usandizaga siguió con el mismo juego, defenestrando a Miguel y amenazando con renunciar para siempre a la conducción del club.

Luego de que pidiera licencia, la comisión directiva del club decidió -ya sin el Vasco- que ellos si aceptaban las pretenciones de Russo, y lo fueron a buscar. Pero Russo ya se había ido a Bs. As. y se estaba operando la rodilla. Al otro día lo fueron a buscar a Bs. As. pero Russo no aceptó, se sintió agraviado por Usandizaga -en un punto de no retorno-, dijo.

Agotadas las chances de traer a Russo, la CD -ya con varios integrantes menos- salió a buscar a Bauza como DT. Todo estaba arreglado, ya se hablaba de que jugadores venían, un cinco de afuera, Figueroa, Bauza hablaba con todos...sin embargo cuando hubo que arregla no arregló.

Un día muchos mas hicnhas se juntaron en la casa del Vasco para pedirle que vuelva a la presidencia. El Vasco no se pudo resistir, se fumó un faso y se puso a saltar con lo pibe. Aceptó volver, pero pidio que vuelva Usandizaguita y el turco.

Hora más tardes, casi (a esta altura nada es seguro) está abrochada la contratación de Mario Kempes, idolo absoluto del club.

Como al principio, la historia se repite. Un técnico salva a Central de una situación comprometidísima, después, cuando hubo que negociar el contrato, se lo hecho y se trajo a un ídolo de la casa pero con escasa experiencia como DT...asi nos fue.

En teoría esta todo dado para que las cosas vayan mal. Es que a veces lo barato sale caro.

En fin, cuando la droga y el alcohol se juntan producen estragos.

*Recomiendo completar el analisis entrando al sitio http://www.regatin.com.ar/ y leyendo la nota relacinada a Central.

Por Chueco García & Santi Grandi

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