13.8.09

Opuestos e iguales

Viernes por la noche, música en Dixon. Momento ideal para escuchar una banda que rompa la monotonia mundana y te transporte a otra realidad, aunque sea sólo por una hora y media. Fue Almafuerte primero, hace unos 10 días. Fueron los Babasónicos ahora, más cercanos en el tiempo. Sonidos diametralmente opuestos, efectos tan parecidos. Qué cosa es el rock, ¿no?

Iorio ironizó con el movimiento de caderas que imponen los ritmos latinos actuales (esos que suenan en FM Vida o la Boing), y se cagó de risa de todo. Abajo, los muchachos del pogo, descontrolados, no paraban de cagarse a trompadas y empujarse, pero ojo, al que se cae lo levantan entre todos con el mayor de los respetos. Varios futuros metaleros sonreían subidos a sus padres. Reina la emoción en el escenario, podemos ver a cuatro amigos tocando, pasandola bien. Gana el espectáculo por dónde se lo vea, la gente se divierte, y los tímpanos empiezan a pedir descanso. Almafuerte pasó por el Dixon, y vaya si sacudió la modorra.

Siete días después, el público cambió. Y mucho más. Ahora hay chicas jóvenes, producidas, con botellitas de champagne en sus manos. La gran mayoría delira por Dárgelos (la magia del rock and roll), aunque muchas otras llegan al éxtasis cuando "Roger" Dominguez se despacha con su interpretación solista acompañado por la guitarra. Para los que van por la música, la cosa tampoco desentona. Quizás querrían un poco más de guitarras distorcionadas, pero a veces otras cuestiones mandan.

Los Babasónicos retornaron al escenario luego del ritual de irse sabiendo que pedirán que vuelvan, y se despacharon con un par de hits de Jessico en versión cuasi-acústica. El resultado no pudo ser mejor. Ordas de gente maravillada por la calidad del sonido de una banda que tras casi dos décadas parece estar en la cúspide, con un frontman que con un carisma monumental destroza lógicas estéticas y se coloca encima de todos.

Por Santi Grandi & Chueco García.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario