31.5.10

Ideas

Pasamos el día sábado por la noche con mi amigo el Polaco viendo reflejos crudos de la realidad Argentina. Miramos "Pizza, Birra, Faso" y después le dimos play a "Paco". Y era indudable que algo se vendría a la cabeza para comentarlo por aquí.

La primer idea apunta a la estructura, al fondo de las cuestiones. ¿A qué vamos con esto? Está claro. Más allá de medidas que pueden resultar gatopardistamente efectivas (si se me permite el término), lo cierto es que ningún gobierno desde el retorno de la democracia se ha encargo de la gente que siempre, y lo repito, siempre es la víctima en este sistema. En otras palabras, hablamos de ese enorme porcentaje de personas que sigue manteniéndose en la pobreza y la indigencia casi eternamente, a la gente a la que no le vayas a hablar de derechas o izquierdas. Hablamos de la gente que literalmente se muere por este sistema.

Actualmente esta realidad se ve con el tremendo flagelo del paco que por aquella misma lógica sistémica se va propagando por las grandes urbes de este país. Pibes y pibas zombis que deambulan vendiendo hasta los calzones para seguir poder conseguir sus dosis, cerebros quemados de individuos programáticamente olvidados; lo que sobra; lo que nadie quiere ver; los que tantos prefieren que se maten, no sólo producto de su letal adicción sino también en peleas entre ellos por aquél mismo motivo.

Y aquí llegamos rápidamente a un punto que es recurrente en este programa, y nunca dejará de serlo. ¿Quién se ocupa de los excluídos? ¿Quién los considera "víctimas" y no "victimarios"? ¿Quién piensa en ellos primero como los seres humanos que este sistema de mierda escupió, en lugar de meterles rápidamente el mote de "choros y faloperos"? ¿Las madres de aquellos, las que con un coraje envidiable se rebelan ante todo, se unen y luchan no sólo contra las adicciones de sus hijos sino también con las mafias armadas y las bochornosas y esenciales complicidades policiales? Ellas evidentemente sí se ocupan de ellos. ¿El Estado? Sin duda alguna, no.

Tranquilos, que no voy a caer en los datos estadísticos que demuestran lo que digo. No, nada de eso, es cansador y no le veo sentido en este momento. Lo que voy a decir, lo que voy a intentar, es encarar el tema por otro lado, y voy a volver con las complicidades de la sociedad, léase la responsabilidad que tenemos todos, en esto que ocurre.

Que los excluidos sean precisamente aquello, que los sin voz en este sistema sean los que son, es también producto de un patético enfoque en lo que a reclamos se refiere, en lo que a exigencias se refiere, en una repudiable tendencia del medio pelo de este país que siempre, SIEMPRE, a la hora de encolumnarse, se encolumna del lado del poderoso.

Vamos a ver. Reclamos del "campo", problemas de "libertad de expresión" por una Ley de Medios democrática, prepotencia de un gobierno porque al menos una puta vez se mete con un misero mango de los que más tienen. Les suenan éstas cuestiones ¿No? Ahora bien, analice usted esto último y coménteme en dónde metemos los olvidados, los excluidos en estas problemáticas. Vuelva a analizar, piénselo bien y niégueme que éstos son los temas que ocupan el lugar principal en la agenda político, mediático o llámenla como se les ocurra, durante los últimos años.

Absolutamente nada de esto incluye, precisamente, a los excluidos en el asunto. E insisto, hablo de los excluidos, los desechados, los olvidados, esos que han hecho que el consumo de paco en el conurbano bonaerense aumente 500% desde el 2002. Y aquí, entonces, La pregunta: ¿NO DEBERÍA EL ESTADO, PRIMERO, ANTES QUE NADA Y POR SOBRE TODAS LAS COSAS, OCUPARSE DE ELLOS? ¿NO DEBERIA EL ESTADO, PRIMERO, ANTES QUE NADA, ANTES QUE ABSOLUTAMENTE CUALQUIER CUESTIÓN ECONÓMICA DEL INDOLE QUE SEA, GARANTIZAR QUE NINGUN ARGENTINO SE CAGUE DE HAMBRE, QUE NO SE MUERAN 30.000 CHICOS POR AÑO PRODUCTO DE LA DESNUTRICIÓN? ¿ESTO NO ES LO MISMO QUE DECIR QUE DESDE HOY EL TEMA CENTRAL SEA LA INCLUSIÓN DE LOS EXCLUIDOS?

Y así voy terminando, recordando ésta enorme frase y su idea estructural. LOS RICOS NO NECESITAN DEL ESTADO. LOS PODEROSOS NO NECESITAN DEL ESTADO. Y en cambio si para algo existe la idea del estado es para regular las diferencias de manera tal que los excluidos sean precisamente incluidos. Por más que usted, pedorro espécimen perteneciente al medio pelo vigilante que habita estas tierras, decida salir con sus cacerolas cuando le tocan el bolsillo o cuando las corporaciones lo chamuyan de manera tal que se come aquello de las leyes mordazas o la "inseguridad jurídica".

Todas estas cuestiones, todas éstas realidades invisibles para muchos por ingenua ignorancia o conciente decisión, no hacen más que seguir decretando de qué lado se pone este programa. Aunque sólo sea discursivamente, espero que muchos aprecien el valor simbólico que tiene que al menos algunos se encolumnen, siempre e incondicionalmente, del lado del excluido, del marginado. Lo que es lo mismo que decir, del lado de la víctima eterna de este sistema mortífero.

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