6.6.13

Encuentro 45 - Junto a Quique Pesoa | Programa del 6 de junio de 2013

Jueves en Está En Vos 

Programa por demás de especial y con tintes históricos, compartiendo tres cuartos de hora de reflexiones, pensamientos, ideas y percepciones junto al referente obligado -y máxima referencia radial- Quique Pesoa + Los sonidos de la noche fueron especialmente armados para la ocasión, y de "Reptile" de Eric Clapton (el tema con el que Quique arrancó durante casi 5 años "El desconcierto del domingo") pasamos por una selección de Nicolás Falcoff y la insurgencia del caracol + El amigo Ismael Torres también se sumó de fondo con sus geniales "Puente" y "Lo que queda" + Lo que quedó claro, tras el festival de palabras propuesto, es que debemos continuar la incesante tarea de buscar las grietas del sistema y estimularnos todo el tiempo a preguntarnos el por qué y para qué de todo lo que decidimos hacer, y ser + Pero antes de "Desierto" de Fito Páez, pieza-himno del movimiento que resume casi toda nuestra esencia filosófica, empezamos compartiendo la lectura de una poesía notable con el gran Quique:

"La palabra" - Pablo Neruda

Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… 

Me prosterno ante ellas… 

Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… 

Amo tanto las palabras… 

Las inesperadas… 

Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… 

Vocablos amados… 

Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… 

Persigo algunas palabras… 

Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… 

Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… 

Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… 

Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… 

Todo está en la palabra… 

Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… 

Son antiquísimas y recientísimas… 

Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… 

Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… 

Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo…

Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… 

Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… 

Pero a los bárbaros se les caían de la tierra de las barbas, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. 

Salimos perdiendo… 

Salimos ganando… 

Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… 

Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… 

Nos dejaron las palabras. 

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