25.7.07

Argentino, gracias a dios


Aprovecho lo sañalado en la entrada anterior para seguir con algunas derivaciones. Pensando en ese hábito tan deplorablemente argentino de hechar las culpas de nuestras desgracias a terceros, se me ocurrió preguntarme: ¿Los argentinos nos hacemos cargo de este atributo? ¿O también culpamos de este encasillamiento a falaces críticos foráneos? Como es casi imposible hablar sin generalizar (siempre cae alguno que no tiene nada que ver) vamos a tratar de achicar el espectro de gente al que nos referimos; creemos que el poseedor de gran parte de los defectos argentinos es en verdad el típico argentino de clase media. Ese que sabe muy poco, pero que carece de la humildad para admitirlo y presume de ser un sabiondo. Ese que para expiar su frustración cotidiana hecha culpas a diestra y siniestra pero que nunca se encuentra entre los culpables. Ese que jamás se detiene a evaluar si las cosas que dice pueden llegar a ser ciertas...pero igual las dice orgulloso de mentirse a si mismo. Ese que de tanto mirarse el ombligo puede que le agarre tortícolís. Ese que por plata hace lo que sea. Ese que pasa semáforos en rojo y pisa la senda peatonal. Ese que le hecha la culpa a Estados Unidos de que seamos un país pobre, a Perón de que los "negros" (discriminación gratuita) no quieran trabajar y a Bolivia y Paraguay por mandarnos pobres. Ese que muy suelto de lengua pide mano dura y que se piensa que matando a todos los pobres vamos a vivir más felices (ignorando una relación un poco más compleja). Ese mismo que odia mucho más al "negro que chorea estéreos" que al ladrón de guante blanco que con sus "negocios" fabrica pobreza; pero que a la vez compra cosas choreadas ("obvio, son más baratas").
Un argentino clase media que si se viera realmente al espejo se provacaría arcadas a si mismo. Piensen ¿No les da asco el típico tachero soberbio que da clases de cualquier cosa como si tuviera un postítulo en todo?
Lamentablemente tenemos una clase media deshechable, que tiene el 99% de la culpa de todos los males que sufre el país, pero que obviamente no reconocen nada de esto. ¿No fue la clase media la que vivó a Galtieri, a Alfonsín, a Menem, a Cavallo? ¡Gatopardismo al mango!
Gente que no hace autocrítica es gente que jamás va a poder desprenderse del ancla que la sujeta, gente que nunca va poder progresar. La autocrítica es el punto de partida para cualquier mejora, una de las mayores virtudes. Mientras sigamos por nuestro infeliz camino de soberbia seguiremos siendo un pobre país con una pobre gente (eso es lo peor de todo).
Felizmente, todavía hay mucha gente con muchas ganas de cambiar esta asquerosa realidad, obviamente el argentino medio ante cualquier intento de cambio honesto apunta la más gruesa de sus municiones, afila más que nunca sus prejuicios, y muestra más que nunca sus afilados colmillos...
...pero bueno, no nos asustan.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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