26.8.07

Volver al Gigante


Hoy juega Central. Nuestro viejo y querido Rosario Central. Ese que años de desmanejos lo han dejado en la ya conocida situación actual. Ese que es una perfecta metáfora de la Argentina (pudiendo tener todo tiene muy poco). Ese mismo que desde más de 10 años subsiste básicamente por el apoyo de su gente que desafía cualquier lógica resultadista. Apoyo que es muy difícil de evidenciar si en ciertos momentos se ha vuelto perjudicial para la institución. Perjudicial porque dirigentes corruptos (apañados por socios que no son menos) lo han sabido capitalizar, aprovechando que el hincha apoya al club, y así indirectamente les da aire a dirigentes que debieran no tenerlo.

Dejé de ir a la cancha cuando percibí que no podía estar cómodo en mi cancha alentando a mi equipo de toda la vida. Incomodidad que era fruto de creer que alentando al canaya en esos momentos era también darle a Scarabino, a Estévez y a los otros un crédito que bajo ningún aspecto estaba dispuesto a otorgar. Sentía que eso era girar en círculo destructivo en el que nadie me obligaba a girar; y aprovechando la posibilidad de salir de dicho círculo salí.

Por suerte la línea histórica dirigencial canaya sufrió una ruptura y hoy ya no están los tránsfugas de los que pensábamos jamás nos íbamos a librar. Hoy la justicia nos hace un favor y dispone que un tribunal (un Cuerpo colegiado) acomode las cosas (como pueda) y luego llame a elecciones en no más de 90 días. En estos momentos se nos abre un panorama que depende de los canayas sea de alegrías y gloria, o siga como estos últimos 10 años. Aprovechemos esta oportunidad y no dejemos que nos engañen.

Pero más allá de eso hoy, sábado 25 de agosto de 2007, se puede ir a la cancha a ver a este equipo de pibes desamparados (que están poniendo la cara mientras Scarabino ya no está), sin tener esa espada sobre la cabeza que nos recuerda que mientras le cantamos genuinamente emocionados al club de nuestros amores estamos también apoyando a los hijosdeputa que se llenan los bolsillos en las oficinas de calle Mitre. Hoy que ya no hay más Comisión Directiva vale la pena ir a la cancha para comerse el garrón de ver a un equipo sin ideas, sin goles y sin figuras, porque hoy ese sufrimiento se hace solo por Central...una sensación que difícilmente se vuelva a repetir.

Por eso hoy, hoy vuelvo al gigante más contento que nunca para alentar a Central y a nadie más.

*No importa si perdemos de local con Huracan, vale la pena sufrir solo por Central y no por sus dirigentes.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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