
Todo se palpita desde, al menos, un mes antes. Comienzan las cuentas regresivas, los nicks de msn dando cuenta el destino y el motivo. "Mardel 08. Me voy para no tener rumbo", y cosas así. Podrán ser 10, 15 o 30 días. Pero sean la cantidad que sean, un rinconcito de la cabeza (aunque nos empeñemos en pensar que no) sigue sabiendo que este placer es efímero y ni bien se vuelvan a abrir los ojos de la "realidad", se estará empezando otro año. La joda habrá quedado atrás, y el rumbo, solito y sin encontrar resistencia, nos habrá vuelto a encauzar. Así, el plan sigue su curso y los plazos se cumplen al pie de la letra.
Llegó el verano, llegó enero y hay que irse para no tener pesadas (y no deseadas) obligaciones. Escapemonos y seamos "libres haciendo lo que queremos". Entendamos que es el momento indicado para ello. Que nadie vaya a ser tan osado de siquiera soñar que es posible hacerlo 12 meses al año.
Por Santi Grandi & Chueco García.
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