Así, sin dudas, el mejor

El lunes, jugando un amistoso en el que participó también Evo Moralez, Maradona sumó su invalorable apoyo a Bolivia en su lucha por el legítimo derecho de jugar en la altura de La Paz.

Resulta admirable verlo cuando une sus fuerzas para acompañar y brindar su apoyo a aquellos que luchan ciertamente contra injusticias (como la disposición de la FIFA de tácitamente prohibir jugar a tantos metros sobre el nivel del mar). Más allá de que lógicamente aparezcan por nuestras cabezas muchos otros actos que el mejor jugador de la historia realizó a lo largo de su vida, y que distan bastante de los del lunes (abrazos con Menem, remeras de agradecimiento a Cavallo, por citar ejemplos), es innegable que así sí Maradona se transforma en un referente.

Por más que le guste polemizar por naturaleza, muchas veces tiene sus justificables razones. Por más que guste o no guste cómo dice las cosas, es muy valorable que lo haga. Que mande a callar a Blatter, presidente de la FIFA, porque "nunca pateó un penal", es sencillamente alucinante. Que diga a los Bolivianos: "Bolivia cuenta conmigo cuando se tenga que ir a pelear", es una muestra de apoyo incuestionable. Imáginense una reunión entre Blatter y Evo, en la que el presidente del hermano país del norte le diga al Suizo: "Mire señor, tenemos a Maradona de nuestro lado".

Después de recibir una distinción del Gobierno boliviano, llegó a la conclusión de que “La medida es ridícula porque se quiere sacar a Bolivia a jugar fuera de su tierra. Eso es vergonzoso, lo aprobaron quienes nunca corrieron tras una pelota, es algo político”. Otro acierto de Diego Armando, que sirve para no perderle la raíz a la cuestión: es de fútbol, de jugadores, de pelotas, de lo que se habla, y además, en este caso, del genuino derecho de un pueblo a ver su seleccionado en su tierra.

Sin dudas, cuando Maradona hace fuerzas ayudando al fútbol por el fútbol, y no en nombre del marketing como tantas veces hacen otros ex futbolistas devenidos secretarios oficilalistas de la FIFA, sigue acrecentando, con válidos argumentos, que su imágen sea la del jugador más grande de todos los tiempos. Porque Diego Armando Maradona no fue sencillamente un excelente futbolista con una habilidad única, es también un personaje que, cuando así lo quiere, pelea del lado del más débil aportando desinteresadamente su cara y sus palabras. Y eso, ya es mucho.

Por Santi Grandi & Chueco García.