6.7.08

Apretá los dientes, masticateló!

Y llegaron Las Pelotas a Rosario, pisaron otra vez las tablas del CEC como lo hicieran allá por el 2002; solo que esta vez en el staff de la banda faltaba una de sus voces emblema, el muy querido por los fans Alejandro Sokol (nada más ni nada menos).

Y esta particularidad era lo que ponía una incógnita a la presentación de la banda. Todo era una incógnita. ¿Iba a achicarse mucho la cantidad de público que se acercara al lugar? ¿Funcionaria la banda sin le presencia enorme de Sokol? ¿Hacia que sonido derivarían? ¿Seguirían la veta mas pop (que en algún sentido encarnaría el último Daffunchio? Dudo, luego existo.

Muuchas dudas que empezaron a destrozarse minutos antes de las 23 hs cuando avanzaron las guitarras de hostiles de Basta en continuado con Desaparecido, donde preguntaron por Julio Lopez. Un par de temas para arrancar con todo y desatar a la gente que estaba más exaltada que de costumbre y que seguiría cantando cada canción en ánimo cómplice como para tapar el hueco que dejaba la ausente voz del otrora líder; hueco que de por si no existió.

La estrategia de la banda fue salir a machacar cabezas, con mucho sonido constante metiendolé crudeza a todos los temas que iban apareciendo. El paradigma de ello fue la excelente versión de Dicen que la distancia, poniéndole rock a un tema más bien pop del último disco.

A pesar de la baja, la banda sigue manteniendo el mismo número de integrantes ya que incorporaron 2 tipos más (que se encargan de vientos, percusión y acústicas) y no estuvo el Pollo, quien venía haciendo de trompetista.

El único tema tranquilo tranquilo de la noche fue la hipnótica Más que un deseo. Y el único tema que no cuajó fue el mítico Bombachitas rosas, casi una obviedad debido a lo difícil que se hacía imaginar esa canción sin la voz chillona de Sokol; sin embargo esto es una insignificancia pensando en los pronósticos pre recital.

La banda estuvo muy compacta, mucha actitud, dientes apretados, con muchas ganas que anexadas a la efervescencia del público y su insistencia los obligaron a volver ¡4 veces! después de que apagaran los equipos. Y ahí fue cuando se despacharon con esos temas de Sumo que erizan la piel: Que me pisen, El ojo blindado, y Cinco Magníficos versión Las Pelotas que deja chiquita a la registrada en 1986.

Al fin y al cabo no solo mandaron a la mierda todos los signos de interrogación que asomaban 2 horas antes, sino que a partir de un golpe duro se fortalecieron de manera tal que brindaron uno de sus mejores shows en la ciudad, con su adrenalina característica mas una motivación plus. Si, aunque parezca mentira hay vida más allá de Sokol. Por eso se entendió porque segundos antes de dejar el micrófono Daffunchio dijo con fuerza "Hay que seguir existiendo".

Por Santi Grandi & Chueco García

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