15.12.08

No es un domingo cualquiera (II)














Asombra pensar en algunas sensaciones. Más que pensarlas, asombra experimentarlas. El domingo a la noche, cuando después de un par de conversaciones con amigos/as me enteré de la victoria de Lorente en Newell´s, no pude más que alegrarme. Y alegrarme en serio.

No se puede dejar de sentir una profunda satisfacción cuando un club como Newell´s es nuevamente abierto a la gente. Parecido a lo que creo que se debe haber vivido en diciembre del 83 en el país, la imágen de hinchas cantando, con un entusiasmo que realmente emocionó, me llegó. E insisto, me llegó en serio. La alegría es total, y acá no importa en absoluto el hecho de ser de Central.

La victoria democrática de un candidato de un partido que se rompió el culo laburando y luchando contra cientos de piedras puestas en el camino (incluso por parte de organismos del estado provincial), abre otro capítulo de esperanza que comprende cualquier nivel de la vida. La imágen del personaje oscuro, mafioso, déspota que representa un tipo como Eduardo López, puede ser fácilmente emparentada a cualquiera de los cientos de males que azotan el mundo, y para ser más acotados, la sociedad nuestra en general. El triunfo de la opción superadora, democrática, abarcativa, popular ( y tantos sinónimos más) nos dá, en este sentido, muchísimas esperanzas.

La idea de que la unión de las voluntades de la gente es realmente algo a lo que nadie puede doblegar, por más poder que suponga tener, queda una vez más plasmada en la realidad con el valiosísimo ejemplo que representa la victoria del Mole. Lo que parecía un caso perdido, una utopía, fue en realidad una paliza memorable para un personaje que ensombrece como pocos a Rosario. El tipo en cuestión, Eduardo López, como buena rata que es, desapareció sin dar la cara, ni entregar su puesto (que hacia rato era de facto) a los legítimos ganadores de las elecciones democráticas.

Pero poco importa todo esto. En realidad era de esperarse de semejante lacra. Lo importante, y con esto sí que hay que alegrarse (no lo voy a dejar de repetir), es que en Newell´s venció la voluntad de la gente, y el "equipo competitivo de fútbol" de López (que ganó un torneo de 28) volverá a ser lo que nunca debió dejar de ser: un club. Un club rosarino, y de la gente. Con autoridades elegidas democráticamente por sus socios.

Hoy la alegría es de toda la ciudad, y no sólo del hincha de Newell´s (ojo con caer en los funcionales "sentimientos" de hinchas fanáticos). Rosario ganó ayer con la victoria de Guillermo Lorente y es por esto que tenemos que festejar. Todos juntos.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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