Con éstos, no hay posibilidades.

Que vamos para acá, que vamos para allá. Que nos unimos con este que hace dos años nos traicionó pero ahora es funcional a la hora de sumar votos, que lo dejamos de lado a este otro que nos ayudó a ascender al poder hace 6 años pero ya no nos sirve más al lado. Esta novela de televisión azteca que nos proponen los días previas a toda elección sólo funciona, realmente, para desviar atenciones, mantener a una gran parte de la población atenta frente a un aparato que revela como viejas alianzas se rompen, los códigos jamás existieron, y los cambios no se darán dentro de un escenario que maneja básicamente los mismos protagonistas que apoyaron los 90 y el "modelo" K, para terminar hundiendo este mismo barco que, cada vez que la coyuntura asi lo reclama, todos dicen querer salvar.

Existen las verdaderas opciones con las que al menos podríamos tener una mínima esperanza de cambio, pero son las que menos publicidad tienen. Aquí ingresa la complicidad ciudadana, y la responsabilidad que todos, nos guste o no, no podemos quitarnos. Porque al final se prefiere al hijo de puta conocido, antes que a la chance de elegir alguien nuevo que, quizás, podria equilibrar un poco las cosas. Así de cagones somos, así para el culo estamos.

Por Santi Grandi & Chueco García.