10.7.09

Diálogo tardío

No se trata de responder con un estúpido descrédito toda acción llevada adelante por el gobierno nacional, no es el caso. Lejos de eso, el llamado al diálogo propuesta por Cristina Fernández es un buen signo, digno de una persona que viendo lo evidente, reacciona. El asunto pasa por otro lado: ¿por qué hacerlo casi en el sexto año de mandato (si sumamos esposo y esposa), cuando la imágen general de todo lo que sea "K" viene cayendo a niveles increíbles para hace unos años atrás? Proponer un "diálogo" abierto y constructivo después de haber "perdido" unas elecciones legislativas, ¿habla de una sincera convicción o de una suerte de respuesta a encontrarse, como algunos ven, "entre la espada y la pared"?

Cristina se caracterizó en estos años como presidenta en tener una maravillosa capacidad para mostrarse como jefa de un ejecutivo del primer mundo, en un país que sigue teniendo a más del 40% de sus habitantes por debajo de la línea de la pobreza. Empezó su mandato con un discurso sencillamente formidable, mediante el cual hasta el más acérrimo "opositor" tuvo que ceder y callarse la boca. Ahora, a poco más de un año y medio de aquél 10 de Diciembre de 2007, vuelve a ponerse delante de las cámaras para transmitir un mensaje unificador, constructivo y esperanzador. La propuesta es clara, en resumidas cuentas: sentémonos todos, hablemos, debatamos, y de una buena vez tiremos para el mismo lado.

La pregunta más inquietante, a esta altura y en éstos tiempos de descreímiento fundamentado, es: ¿hay motivos para pensar que ésta vez va a en serio? ¿O tendremos otro año y medio por delante que comienza con bonitas palabras y espléndidos discursos, y muere precisamente ahi?

Por Santi Grandi & Chueco García

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