Cristina se caracterizó en estos años como presidenta en tener una maravillosa capacidad para mostrarse como jefa de un ejecutivo del primer mundo, en un país que sigue teniendo a más del 40% de sus habitantes por debajo de la línea de la pobreza. Empezó su mandato con un discurso sencillamente formidable, mediante el cual hasta el más acérrimo "opositor" tuvo que ceder y callarse la boca. Ahora, a poco más de un año y medio de aquél 10 de Diciembre de 2007, vuelve a ponerse delante de las cámaras para transmitir un mensaje unificador, constructivo y esperanzador. La propuesta es clara, en resumidas cuentas: sentémonos todos, hablemos, debatamos, y de una buena vez tiremos para el mismo lado.
La pregunta más inquietante, a esta altura y en éstos tiempos de descreímiento fundamentado, es: ¿hay motivos para pensar que ésta vez va a en serio? ¿O tendremos otro año y medio por delante que comienza con bonitas palabras y espléndidos discursos, y muere precisamente ahi?
Por Santi Grandi & Chueco García
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