19.8.09

Radio Rock

La exuberancia juvenil nunca morirá, al menos no va a morir desde que el rock and roll llegó para quedarse hace más de cinco décadas atrás. En realidad, más allá de cualquier intento absoluto que haga el mercado para apropiarse del espíritu, y por más que todo lo que tenga "rock" adelante lleve consigo un lazo directo con el dinero, lo revolucionario de la corriente seguirá, y seguirá por siempre. Esta lógica responde a algo mucho más profundo que un simple movimiento "jóven", habla de una manera de encarar la existencia que atenta contra cualquier mandato costrumbrista o moralista.

Muchos presagiaron el fin de las "buenas costumbres" cuando un zarpado Elvis Presley se escuchaba y veía ( de la cintura para arriba, claro) en todos los televisores de Estados unidos moviendo la pelvis, aún sin imaginar ni remotamente lo que se vendría en años posteriores. Otros, los seguidores de este nuevo sonido de raíces negras, sabían que poco se iba a poder hacer para detener la fiebre. Y esa epidemia (real, no de las modernas y prefabricadas) contagió no solo la música, sino el cine, las artes, la literatura, la radio.

Radio Rock es una forma simple de englobar una forma de concebir el mundo, de entender el día a día, de confrontar lo establecido. Radio rock (con el tiempo se dieron cuenta que mejor era agregarle el "pop" para aglutinar más) es pasar música que otros no pasan, es decir lo que otros no dicen, o es simplemente divagar volando con pensamientos sin demasiado sentido, sólo por el gusto de aprovechar esa posibilidad.

Radio Rock es no cerrarse, apostar por lo diverso. Radio Rock es lo que vamos a hacer (ser). Always, man.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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