11.10.09

Escritos de selección

Encontré entre algunos escritos unas ideas desconectadas entre sí, pequeñas reflexiones sobre Diego Maradona en estos tiempos de técnico de la Selección Argentina. En vistas de lo que viene sucediendo, decidí subirlos.

Lo que tanto le molesta al argentino promedio de Maradona, es visualizar en él sus propias miserias. Esto es sabido, es casi un mecanismo de acción y reacción que funciona siempre, con la precisión de un reloj suizo. En este sentido, no debería existir en muchos el ánimo de destruir a Diego cuando este hace uno de sus cientos de cambios inesperados, o cuando despotrica contra una prensa que, en algunas oportunidades, tiene razón en sus reclamos. Pero claro, como decíamos, Diego representa mejor que nadie al argentino contradictorio y a la vez enorme. Es sincero, y a la vez soberbio. Dice que puede cometer errores como cualquiera, pero en fondo piensa que jamás se equivoca.

El que escribe toda la vida admiró a Maradona, y nunca dejará de hacerlo. Sea como sea, el tipo que en los 90 cenaba con Menem y se ponia remeras que permitián leer un "Gracias Mingo" (en alusión al nefasto ex Ministro de Economía) y ahora tiene tatuado al Che, parece que siempre se plantó contra el poder. Casi como un reflejo, quizás por haber nacido en los márgenes del sistema, Diego nunca fue políticamente correcto y eso, en un mundo que utiliza dicha corrección para legitimar injusticias, es una gran virtud.

La idea de Maradona como salvador de una selección que venia en caida libre en el fin de la era Basile, responde a una concepción netamente argentina. Las credenciales de Diego como técnico eran casi nulas, y sus experiencias en Mandiyú y Racing eran penosas. Sin embargo, siempre es y será D10S. De esta manera, estaban los que le tenian fe ciega por su condición sobrenatural, los que dejaban su opinión para cuando finalmente la pelota comenzase a rodar y los que se oponian a él firmemente. Cualquiera fuera la postura que uno tomara, algo estaba claro. La idea de proyecto, de seguir una linea y trabajar con una estrategia estaba vedada. Claro, a Bielsa ya lo dejamos ir, y ahora está ocupado dando clases en Chile.


Y para terminar, algo pequeño sobre el gigante Martín Palermo...

El tipo ya ha llegado definitivamente al nivel de jugador querido por cualquier hinchada, es un ejemplo constante y en cada minuto dentro del campo enseña algo. Ya sea a hacer goles de cabeza de 40 metros, o a competir con lealtad. Martín Palermo entrara en la historia del fútbol argentino por una serie de récords impresionantes que, como fiel representante de estas tierras, se va a ver empañado por el guinnes de penales errados en un mismo partido. Claro que el que quiere quedarse con este dato como algo decididamente negativo, es porque decide no ver el otro lado de esta ya vieja anécdota. Ese que habla del valor, el coraje y la sed de redimir errores previos, aún ante el riesgo de quedar en rídiculo.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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