
Básicamente el que discrimina es un estúpido. Un enorme idiota que se ve ante el deber de odiar para lograr alguna clase de estima propia. Y es en ese mismo acto donde demuestra sin lugar a dudas su enorme pequeñez.
Pensar es diferente a ser pensados. Una señal clara de esto se encuentra en la enorme cantidad de clichés que completan nuestras vidas. Y no lo olvidemos. El Cliché es una zona muerta del pensamiento.
El poder va a querer una sóla cosa: instalar su verdad. Y va a utilizar sus 10, 20, 30 o 50.000 medios para repetirnosla tantas veces, hasta que finalmente la creamos.
Los sujetos, sujetados. Otra máxima del poder. La idea es que los pensamientos subjetivos sean eliminados y reemplazados por pensamientos pre-concebidos, que nos llegan a nosotros "ya pensados". Como para ahorrarnos el trabajo, vió.
Por Santi Grandi & Chueco García.
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