29.11.11

De lo que se trata

“Al paso que vamos, para sostener a la población en el 2050 se necesitarán 27 planetas Tierra”, concluye un estudio recién publicado por la revista Marine Ecology Progress Series, que calza la previsión con el aumento demográfico, el consumo desmedido y el uso ineficiente de los recursos.

El informe viene a sumarse a otros sobre gases de efecto invernadero, uso irracional de energía, deforestación, acidificación de mares y lluvias, deshielo polar, agricultura contaminante, cambios climáticos. Definitivamente, un tema de nuestro tiempo... Pero eso sí, no siempre las causas son tratadas con el desembozo con que se alude a los efectos. La ideología suele imponerse a la objetividad. A algunos les impide ahondar en las esencias el propio causante de tanto estropicio, de tanto desbarajuste: el capitalismo.

Por ello no nos cansamos de insistir en que los problemas ambientales y sociales provienen mayormente de las leyes de la acumulación del capital, el lucro, la ganancia, y solo se resolverían por medio del derrumbe del “reino de la burguesía”, obsesionado en la producción material, a costa de la propia naturaleza.

Pero cabe preguntarse, entre tanta crítica y entre tanto argumento que este programa se encarga de desparramar día a día. ¿De qué hablamos, entonces? ¿Sabiendo lo ilógico de las lógicas sistémicas, sabiendo cómo estamos cada vez más limados por esta forma de entender el mundo y encima destruyendo nuestra naturaleza, hablamos acaso de renunciar a la idea del socialismo, por el fallo en su cristalización? ¿De renegar del pensamiento crítico, de la filosofía de la praxis, dado el fracaso histórico de los proyectos de emancipación social? No. Aquí deviene más que válida la proposición de intelectuales quienes estiman al socialismo como algo intrínsecamente necesario, deseable y posible, aunque no inevitable, ya que la barbarie amenaza en sus formas más modernizadas. Anhelable, lo que significa el socialismo...Sí, así es. Mientras subsistan las injusticias y las desigualdades y la explotación.

Hablamos de un socialismo, de un pensamiento de izquierda -como más te guste- que después de tomar el pulso a las nuevas realidades, re-examine o abandone algunas tesis clásicas, como por ejemplo el papel histórico central de la clase obrera (ya que deberia estar claro que el sujeto revolucionario se ha ampliado, en la misma medida en que el Sistema margina a cada vez más nutridos sectores de la humanidad). Y desde luego, cuando hablamos de re-examinar lógicas, es hora de que empecemos a luchar contra el lastre eurocentrista de todas y cada una de estas formas de comprender el mundo. Lo dije y lo repito: aprenderíamos demasiado de nuestros hermanos de los pueblos originarios de américa.

¿De qué se trata, de qué hablamos? Hablamos de integrar una nueva visión de las relaciones entre el hombre y la naturaleza, en la que esta deje de ser objeto de dominio, y de privilegiar una concepción de los nexos entre los hombres en verdaderas condiciones de libertad e igualdad, asociando indisolublemente socialismo y democracia; una óptica de la sociedad en la que el individuo se afirme plenamente, pero viendo en la comunidad no un límite de su realización, sino la condición misma de ella. Y claro que observando siempre la crítica y la autocrítica, premisas de toda transformación.

Yo estoy absolutamente seguro de lo que sigue, con el tipo que escribió originalmente esta nota: solo la conjunción de todas estas ideas con una civilización sostenible, de economía mundial decrecida, planificada, de consumo racionado, son nuestro camino al éxito como especie.

¿De qué se trata, de nuevo nos preguntamos? ¿Que a qué deas adherimos en Está En Vos? “La vida material austera acompañada del goce ilimitado de cultura, educación, arte, recreación, será la única forma de impedir la desaparición de la especie”. A esta idea adherimos.

Si no, ¿de dónde sacar 27 planetas? ¿De dónde, eh?

Eduardo Montes de Oca (extraído de Rebelión.org y retocado por Está En Vos)

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