13.6.14

"NO ES COMBATIENDO LO QUE HAY COMO ESO SE DEBILITA".

Entre tanto quilmbo prefabricado; entre tantísimo bla, bla, bla; entre tanta palabra supuestamente democratizada a través de los órganos defensores del Orden-Poder (será democratizadores de todo, menos, jamás de la riqueza); en medio de todo este falso barullo, aquí va un pequeño regalo para vos, que reivindicás tu condición de individuo que aún defiende el valor de los actos libres. No estaremos al aire el domingo que viene, es cierto, pero no podés negar que no te tiramos algunas puntas, de buena gente que somos nomás. De la mano del maestro Raúl Zibechi, que la disfrutés.

"En la historia, todas las revoluciones fueron hijas de la guerra: la Revolución Francesa, la Comuna de París, la Revolución China y la Revolución Rusa. ¿Por qué son hijas de la guerra? Porque había un nivel de destrucción tan grande que hacía que lo anterior no fuera viable, pero se podía construir sobre las ruinas otra cosa; después fue más o menos posible. Lo que a mi no me parece viable es transformar el mundo desde lo que hay, qué vas a hacer… ¿volar Sanborn’s?, ¿el Radisson?, ¿el mal?, ¿cómo transformas esto en otra cosa?, ¿el mal en otro espacio..? Yo no me lo puedo imaginar. Eso quiere decir que probablemente un proceso revolucionario no sea viable, aunque yo lo deseo y trabajo por ello, porque los requisitos previos no dependen de nosotros. Las revoluciones se hacen sobre la base de la destrucción del mundo anterior. Por ejemplo, la Primera Guerra Mundial no fue una construcción de Lenin ni de los bolcheviques, ellos lo que decidieron –ahí sí conscientemente- fue convertir la guerra en revolución. Que es lo que Lenin había visto en la Comuna de París, en la Revolución Francesa.

Desde un punto de vista más del pensamiento oriental, no es combatiendo lo que hay como eso se debilita, si tu combates frontalmente algo, lo fortaleces. Tremendo lío, ¿verdad? Filosófico, político, epistemológico... pero real".

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