22.6.07

Prácticas de los años dorados del menemismo, hoy en día...

Los viejos vicios de los noventa, está cada vez más demostrado, no quedaron en el pasado.

Ricardo Barreiro es colaborador y secretario del matrimonio Kirchner. Este buen hombre pasó, casi de la noche a la mañana, de ser un empleado de protocolo provincial a empresario y dueño de Altos de Amaicha, un hotel cheto de cuatro estrellas que está por ser inaugurado en una de las zonas más pitucas de Tucumán, los valles Calchaquíes.

La mujer de Ricardito, Marta Miroli, es la encargada de controlar el hotel, y dice que éste fue financiado con un crédito del Banco de Santa Cruz. La construcción de este lujoso establecimiento habria implicado una inversión cercana al millón y medio de pesos. Nada mal para un simple empleado...

Un miembro del Consejo de Educación de Santa Cruz comienza a dejar claras las cosas al opinar al respecto: “A todos les dice que el hotel es de ella y que lo hizo con un crédito del Banco de Santa Cruz, hasta muestra los papeles. Marta sabe que todos creen que ellos sólo ponen la cara”

Alvaro Lamadrid, candidato a intendente de El Calafate, por la UCR-Frente Cívico, comentó algo que no sé a ustedes, pero a nosotros nos suena un tanto sospechoso: en los primeros años del kirchnerismo, es decir hace poco, Ricardito Barreiro era un tipo común de clase media baja. Pero ahora tendría varias franquicias de empresas nacionales, a las que, desde ya, llegó por su conexión con nuestro excelentísimo señor presidente. Sin dudas, o este flaco tuvo un espectacular golpe de suerte o su crecimiento inexplicable en realidad encuentra una explicación clara y concreta en su vínculo con los Kirchner.

Hace unos meses en Está en vos hablamos de un singular personaje que pasó de ser chofer a empresario de medios, Rudy Ulloa, un tipo con tanto poder como para censurar contenidos que atenten contra la gestión K (recordemos el episodio de censura que sufrió canal 26 en Santa Cruz, cuando en el programa de Mariano Grondona de hablaba del conflicto docente). Barreiro, en su camino a la gloria, generó estrechos lazos con el censor Rudy.

Vamos con un testimonio de una amiga del matrimonio Barreiro, que sigue generandonos ciertas suspicacias respecto al crecimiento de la pareja: “Era una pareja a la que ni siquiera le alcanzaba el sueldo. Ella es docente y él era empleado público. Era el mayordomo de la residencia oficial en El Calafate”.

Pero esperen, hay más señoras y señores. Las tierras donde se contruye en hotel FUERON EXPROPIADAS por Barreiro a la tribu de indios quilmes, segùn contaron representantes de la comunidad aborigen.
Así, antes de comenzar a construir, Miroli y Barreiro se acercaron a la comunidad para ver de qué manera podian comprar las tierras. Desde ya, los habitantes originarios explicaron que esas tierras no están a la venta, que simplemente son un legado de sus antepasados y por tanto, les pertenecen por derecho ancestral. Encima , los quilmes tuvieron la buena onda de proponerle que a cambio de cederle la explotación de las mismas de manera transitoria, el matrimonio Barreiro le hiciera una propuesta para compartir las ganancias en beneficio de la comunidad, pero ellos se negaron. Prefirieron otro camino, que fue negociar con Juan de Dios Abalo, un vecino de la localidad, que tenia un título de posesión de las tierras, y de esa manera empezaron a construir.

Cuando el cacique Mario Quinteros advirtió que el boleta de compreventa que tenian no tenia validez jurídica y ,es más que la constitución provincial, en su artìculo 149 les reconoce la posesión y propiedad de aquellas tierras a los habitantes originarios, prohibiendo su enajeación y embargo, el matrimonio les dijo que no les importaba, porque tenian estrechos vínculos con Presidencia de la Nación y de alguna manera lo iban a solucionar. De esta manera, la coartada perfecta está armada: Marta Miroli dice, tranquilamente y con la conciencia tranquila, que ellos están “haciendo absolutamente todo dentro de lo que marca la ley y que recién va a inaugurar cuando tengan todo en regla”. Claro, dentro de lo que marca la ley y todo en regla producto de las clásicas marañas jurídicas...

Mientras Mario Quinteros analiza si reunirá al consejo de ancianos de la comunidad para iniciar alguna acción judicial, Miroli y Barreiro desesperan para tener todo listo antes de las vacaciones de Julio. Poco les importa haber ocupado tierras que pertenecen a sus pobladores y encima haberlo hecho sin ninguna clase de consentimiento. O todavía más grave, haber podido realizar esto con dinero salido vaya a saber uno de dónde y gracias a la estrecha relación con la pareja presidencial.

Posteo de Santi Grandi & Chueco García.

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