19.11.07

La duda y la película

Hace un tiempo por nuestras cabezas empezó a asomar una duda, que jamás podremos llegar a respondernos por más que queramos y hagamos todas las asociaciones que se nos ocurran. El interrogante es más o menos algo así: ¿qué hubiesemos pensado nosotros, con 21 años en 1994, acerca de las famosas bondades menemistas que a fin de cuentas nos dejaron definitivamente sin país? ¿Hubiesemos sido de la minoría que criticaba y denunciaba, o de la mayoria que se creyó el cuento de las privatizaciones, el uno a uno y los viajes a Miami o Punta del Este? Porque claro, nosotros teniamos 8 u 9 años en aquél año y mucho más que alguna apreciación de nuestros padres o familiares no recordamos. Además de que poco nos importaba.

Aquella duda inicial generalmente nos llevaba a preguntarnos otra cosa: ¿Realmente "todo el mundo" se la creyó, o habia gente que en medios masivos, películas o lo que sea denunciaba (en pleno apogeo, después es fácil) que se estaba vaciando todo? A medida que fuimos creciendo, y sobre todo leyendo y enterándonos lo que habia sido este país en la primer década que vivimos entera en nuestras vidas, fuimos conociendo que existian los Tato Bores y gente particular, actores, directores, pensadores o lo que sea que mientras muchísimos se metian el menemismo sin vaselina y bien adentro de sus vidas, denunciaban que lo que se venia (y lo que estaba pasando en esos mismos días) era el germen del desastre que después conocimos (y ese bien que lo recodarmos los que ahora tenemos más de 20).

Pensando todo esto es que me dispuse a volver a ver y analizar "Caballos Salvajes". Sin dudas esta película es una obra maestra por contenido y mensaje. Filmada entre noviembre de 1994 y enero de 1995, demuestra que en PLENA ÉPOCA MENEMISTA, cuando se acercaba la reelección del riojano, habia un buen número de personas que sabia lo que pasaba, y no dudaba en denunciarlo haciendo oir su voz. Varias de las charlas entre el personaje de Héctor Alterio y Leonardo Sbaraglia son francamente para rebobinar y volverlas a pasar, y es que agrada mucho saber que sí habia voces disidentes, que sí habia gente pensante que no se tragaba cosas sin sentido tales como pasarse de la jubilación estatal a una privada y pensar que no te iban a terminar cagando, entre tantos otros ejemplos paradigmáticos.

La escena de la lucha de obreros de una petrolera que cerraba y los dejaba en la calle, la devolución de los casi 500.000 dólares al pueblo, la solidaridad de la gente que van encontrando los protagonistas a lo largo de la película, la cara de garca (no era de cara nada más) del tipo de la financiera... todos íconos de una época. Figuras, los primeros ejemplos, del otro lado de la población, de los que no se tragaron el buzón y en la cúspide de aquel infame sistema no dudaron en pensar por si mismos y ver lo que ahora parece que a todos (hijos del rigor) se les hace tan fácil observar.

Como dije, la duda con la que abrimos la nota de ninguna manera nos la podremos responder jamás. Pero si podemos al menos cerrar con una expresión de deseo: si hubiesemos tenido 21 años en 1994 ojalá hubiesemos sido de los que vieron en "Caballos Salvajes" una referencia a seguir. Como todavia la vemos hoy, llegando a finales del 2007.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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