1.3.08

Cagando la verga


Hacia la década de 1860 la elite económica y política de la provincia de Santa Fe (de una extensión geográfica mucho menos extensa que la actual) quería insertar en el mercado nacional e internacional su acotada producción agrícola, Para esto tenían que domesticar a criollos e indígenas que por entonces ocupaban territorios fértiles y preciados para generar dinero.


Así una de las estrategias para con los indígenas (Tobas, Calchines y Abipones por el norte; Querandíes, Timbúes y Caracaraes por el sur) fue desarticular sus ancestrales modelos sociales basados en la propiedad comunitaria de la tierra. Para la élite santafesina esto era sinónimo de barbarie, así que los obligaron a "civilizarse" cambiando esa "anacrónica" organización por la propiedad privada (que supuestamente aseguraba unión y adelanto).

Mientras, al gaucho se le prohibía su legendario estilo de vida, se lo comenzó a estigmatizar asociándolo a la delincuencia y reprimiéndole cualquier desobediencia.

De esta manera se integraba a estos grupos- que no tenían abundancia materia porque no la necesitaban para obtener felicidad y placer- al maravilloso mundo del Dios Mercado, donde en unos pocos años perderían su antigua alegría en perjuicio de la de sus nuevos (y primeros ) patrones.

Para ese momento las flechas (de los indígenas) del escudo de la provincia ya apuntaban para abajo, mientra que la lanza del hombre blanco civilizado brillaba más alta que nunca.

Como verán una particular forma de interpretar el progreso y la felicidad.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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