12.6.08

Che Hippies, sean realistas. Sean infelices.(*)

Es indudable que vivimos en tiempos de cambios y ruptura con paradigmas conservadores. Ahora bien, ¿esto empezó de la nada? En absoluto.

Si tuvieramos que determinar un momento precursor, un movimiento cimiente de los cambios de paradigma que empiezan a manifestarse en la actualidad, podemos decir que fue el de los hippies de los 60 y 70. Este movimiento produjo un quiebre muy importante.

Podemos afirmar que hay un antes y un después de los hippies en cuanto a la ruptura de las viejas estructuras y a la voluntad de darles al amor y a la paz, mas alla de lo discursivo, un lugar predominante. El movimiento hippie se propuso un gran cambio vivencial: salir del mundo de la simulación y de una sociedad enmascarada por modos o estandares de vida que alejaban y anesteciaban al individuo frente a la falta de libertad de expresión y a los hechos de discrminicación y de guerra.

La humanidad busca efectuar las tranformaciones polarizando; por eso este movimiento llevó a los extremos la propuesta de cambio, lo que sin dudas resultaria, en algunos aspectos, tan disfuncional como aquello a lo que se oponía. Pero el proceso igual ha tenido su inicio y ha seguido su movimiento pendular en búsqueda del equilibrio.

Podriamos decir que los hippies fueron una categoría que cumplió, sin dudas, con la misión de romper estructuras y de tratar de imponer nuevos sistemas de vida.

Desde luego que en su momento constituyeron, estos movimientos juveniles, una pequeña parte dentro del todo que debia hacerse escuchar, en soledad, ante tantas opiniones desacreditadoras. No obstante, han sido innumerables las ocasiones a lo largo de la historia en las que esa única voz se ha alzado sola, abogando por nuevas formas de pensar y ser.

Esa voz era la que se alzaba al universo proclamando que podemos ser más. Era la que llegaba con más amor del que existia. Era la de los rebeldes que iban a contrapelo de la sociedad. Quienes prepararon un nuevo paradigma que sacudió los cimientos de la fibra de la humanidad. Gracias a ellos nos encontramos frente al humbral de una mayor expansión del ser. Esta posibilidad está ahí, al lado nuestro. Tomarla o dejarla es nuestra responsabilidad. Aunque haya tanto "realista" dando vueltas.

(*) Dedicado a todos los que, no conformes con tener sus alas cortadas, buscan con máximo esfuerzo cortarselas a los demás con sobredósis de realismo. También a todo aquél que cae en la estereotipada formula de tildar como un "hippie" a los que piensan en que hay otras formas de vivir, pensar y ver la realidad.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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