24.8.08

Para el básquet Olímpico.

Por algún motivo a comienzos del año 2000 me interesé en el básquet. El deporte de a poco me empezó a gustar y, tras pasar algunos meses dándole duro al NBA Live 99 en la Play, mis ganas fueron tales que decidí comenzar a jugarlo. De esa manera empezaría mi relación con el baloncesto, que pasaría desde momentos de atracción total (decenas de videos enteros con grabaciones de partidos de dónde sea, hasta saber de memoria la plantilla completa de equipos como Golden State Warriors), hasta lo que es en la actualidad.

En el 2000 la selección Argentina jugó la que fue, creo casi con seguridad, la primer edición del "Super 4". También creo que lo ganó. Ese equipo fue el arranque de lo que ahora es, sin duda alguna, la segunda mejor selección de básquet del planeta, detrás de los inalcanzables Estados Unidos. A ese torneo lo seguí por televisión con el sentimiento novedoso de ser la primer competencia que veia de la selección del nuevo deporte que jugaba.

Ya en 2001, viviendo yo en Saenz Peña, provincia del Chaco, mi amor por el deporte entraba en esa fase de "atracción total". Jugaba, veia y pensaba básquet todo el tiempo. En Julio-Agosto, no recuerdo bien, la selección jugó el premundial de Neuquén, y lo ganó con una soberbia actuación. A ese torneo, como todos los que seguirían a partir de allí, lo vi de principio a fin, sin perderme un solo partido. Me sentía totalmente cautivado por ese equipo, que ganaba dónde sea y con los jugadores que sea (ese mismo año ganó el sudamericano de Chile, con un equipo de "alternativos").

Quizás por todo esto que cuento me siento muy indentificado con la Selección de básquet. Recuerdo haber visto todos los momentos más grandes de su historia y vuelvo a tener esa sensación incomparable, una especie de orgullo y satifacción al ver de qué manera encararon todos y cada uno de los partidos que jugaron, desde el 2000 hasta acá. Se me viene a la mente la victoria contra Estados Unidos en el Mundial del 2002, quedándome a dormir en lo de mi abuela porque yo no tenia cable. También, más cerca en el tiempo, recuerdo la derrota contra el equipo de Kobe y compañia en el preolimpico de Las vegas del año pasado, en el que Argentina jugó con ese equipo "suplente", perdió por 16 y calló a todos aquellos que no daban una moneda por la clasificación directa.

Lo que genera la selección de Ginóbili, Scola, Oberto, etc. y los históricos de siempre como Wolkowyski, Farabello, Montecchia, Victoriano, Palladino, Pepe Sánchez y tanto más, es una mezcla incomprable de seguridad y orgullo. Seguridad, porque de antemano se ha llegado al nivel de saber que en cada competencia importante que dispute estará entre los 4 mejores. Orgullo, porque se ve cómo logran esto, con sacrificio real y una humildad no vista en deportes como el fútbol.

Por todo esto, y mucho más, la nota en honor a esta realmente gloriosa selección de nuestro país.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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