Creo que para plantear el problema de la televisión, no hay certezas, no hay verdades absolutas, si no mas que nada hay preguntas que plantearse cada uno. Caer en el facilismo de criticar a Tinelli, Rial y compañía no parece lo más inteligente ¿Qué queda del resto de la tele? ¿Qué se nos ofrece? Los programas que se diferencian por propia definición en oposición a ellos, ¿Qué producción hacen? ¿Quiénes lo hacen? A mi me gustaría saber el trasfondo de este tipo de programa, a quien le parece graciosos los chistes. Los conductores, que pueden parecer simpáticos o no, ¿que reflexión intelectual hacen de los informes? Todo se hace con “buenas intenciones” pero con una negligencia periodística absoluta, sin formación alguna sobre el sentido que se le da a las noticias e informes, y menos con una elaboración de la forma.
Todas estas preguntas surgen a partir de un nefasto informe sobre el padre Grassi y el abuso infantil que emitieron en el programa TVR. Este programa en especifico se basa en informes en donde se tratan temas sobre la televisión argentina y mediante un trabajo de edición muestran su interpretación de la realidad de la misma. Pero este informe fue crudo, se mostró sin ningún sentido imágenes que llevan a reflexionar sobre cuanto de verdad tiene esa cultura de “por lo menos lo mostramos”.
El informe, que se puede ver parte del mismo aquí abajo, muestra entrevistas del padre Grassi en su desempeño mediático, y para finalizar una imagen muy fuerte de un pibe de la calle que estaba siendo abusado por un linyera. Paradójicamente acto seguido del informe, se puso al aire otro sobre los límites de la tele, poniendo de ejemplo un gran hermano donde le informaban vía confesionario a la participante que tenia cáncer; y un programa español donde la gracia consistía en decirle a la gente los resultados de su análisis de sida, de mas esta decir que el tono de la nota era irónico y sentenciando los programas de esa índole.
Me gustaría saber, cual es la cuota de “mostrar” y si realmente sirve, o meramente es un morbo pseudo progresista. ¿De que sirve mostrar algo, si no se le da un sentido, una reflexión? Se le da el mismo tratamiento, a temas como olimpiadas, bailando por un sueño o el abuso infantil, a excepción de ciertas variables a saber: música, cara de los conductores.
Por suerte, estaba el filósofo Tomas Abraham para darle una cuota de crítica a lo que acabábamos de ver, sin caer en la critica intelectualoide sobre la cultura popular, si no por el contrario criticando a la interpretación pseudo progresista e irresponsable de la misma, que siempre la mira desde un altar, desde la razón iluminada, desde “esos negros ignorantes…pobres!!”
Circo hay, pan falta. No hay escrúpulos, no hay apuesta a una comprensión de la realidad, no hay responsabilidad; si vende el morbo y la mierda, le mandamos morbo y mierda. Inexplicablemente esta gente (Wainraich, Schultz, Andino) se va a dormir pensando en lo comprometidos que son.
Por Flor Becat (colaboradora de Está en vos!)
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