Hace unos días, observe una situación poco feliz. Un curso de, supongo, 6° 7° grado estaba en una actividad fuera del colegio, se disponían a entrar a el distrito noroeste. Los estuve mirando, y de ver tan solo un segundo esa imagen, me irrité. Esa maldita profesora, mala onda, gruñona, con ese tono de voz insoportable, retando a cada menor acción de cualquiera de sus alumnos. Los cuales, estaban fuera del colegio, portándose demasiado bien, hablando...obviamente!
Esa situación realmente me hizo pensar, cual es el sentido de esa agresión tan gratuita por parte de los profesores, ¿realmente sirve de algo ese maltrato porque uno de los pibes tiene puesta una gorra? Me puse a pensar, del desfasaje generacional que hay entre alumnnos y profesores, y como esas pequeñas exigencias realmente llevan a frustrar la creatividad de los chicos y a destrozar su autoestima tratando siempre a los alumnos de inútiles y vándalos. Es un lugar común hablar de como el colegio nos dogmatiza y nos quita de un pensamiento sin condicionamientos. Pero esto, ¿realmente tiene que ser así? ¿cuál es la cuota de civilización y tabú adecuada? ¿qué normas son las que realmente sirven?
Por lo pronto maldigo a todas las profesoras que me condicionaron, que me humillaron por mi letra, mis dibujos, mis pensamientos, etc. Malditas hijas de puta, las odio.
Por Flor Becat (colaboradora de Está en vos!, pasen por su blog, http://www.florbecat.blogspot.com/)
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