Cuando ninguna poronga viene bien.

¿Jubilaciones privadas o estatales? Tema del mes. Sin darle importancia a quienes abogan a favor de una opción o de otra por un claro interés, es llamativo como ciertos personajes (opinólogos eternos, habladores al pedo por demás) se ponen de un lado o del otro por el simple hecho de estar en contra.

Pensar que el hecho puntual de que las jubilaciones pasen a manos del estado constituye un robo, es un acto, al menos desde una mirada parcial, de incoherencia. Los opositores en su mayoria se manifestaron, en algún momento u otro, a favor de la reestatización del sistema jubilatorio. Claro que pensar que "cederle" a un gobierno como el de los señores K el manejo de millonarios fondos, conociendo sus "tentaciones clientelistas", constituye un riesgo. Pero ese, amigos, es otro tema. A no olvidarse de eso.

En este sentido, entre tantas cosas, aparecieron en estos días en el escenario los "defensores de las AFJP". Una chantada total, mirado desde un punto de vista lógico y desde luego coyuntural. Que haya personas que armen sitios con logos del estilo "Que Cristina no nos robe" se explica casi de la misma manera en que se explica que millonaria gente de campo haya hablado a favor del "federalismo y redistribución de la riqueza". Y esta idea creo que es poco discutible.

Ahora, personajes intimamente relacionados a la derecha más liberal de Capital Federal, se juntan en sugestivos grupos de "autoconvocados" que demandan la persistencia del sistema de las AFJP, con lemas tan incoherentes como, por ejemplo, los usados por el gobierno al haber llamado "golpistas" a un grupo de gente que no tenia ánimos de perder dinero.

Incoherencias a un lado, quien no quiera ver en la estatización de las jubilaciones un acto decididamente positivo, está olvidando quitarse un velo en su mirada. Ser opositor no significa demonizar cualquier medida oficial, y estar en la vereda de enfrente no deberia traer de la mano la censura constante y predeterminada de resoluciones que, si bien son casi siempre tomadas a las apuradas y con una alarmante falta de debate, constituyen, al menos en la teoria, una mejora para la mayoria.

Por Santi Grandi & Chueco García.