31.1.09

Odio a la parisina

La metáfora recorre toda la película: un tipo va cayendo al vacio desde una azotea y piensa: "por ahora todo va bien, por ahora todo va bien". Aunque claramente en algún momento alcanzará el suelo, y ahí está lo peor.

La haine (El odio) es una interesante película francesa dirigida por Mathieu Kassovitz, estrenada en 1995. La misma cuenta un dia en la vida de Said, Vincent y Hubert, tres amigos que viven en la periferia de París. Jóvenes, excluídos, aburridos y dejados claramente de lado por la sociedad en su conjunto, los compañeros son de características diferentes, pero a su vez inseparables, y se la pasan vagando por las calles de los suburbios, sin rumbo aparente.

Aunque la película se centra en un día en la vida de estos muchachos (que comienza con graves disturbios en las calles, en los cuales cae asesinado por la polícia un amigo del barrio, con las consecuencias que esto trae a lo largo de la historia), La haine es, en un análisis más general, un reflejo perfecto de aquellos sectores sociales que aún existiendo en capitales paradigmaticas del "primer mundo", son marginados y despojados de toda clase de posibilidad de imaginar una vida plena.

Mostrando la "puerta de atrás" de París en todo momento, el largometraje se encarga de sacar a la luz una parte que muchos prefieren no ver de las "bondades" del sistema. Ciertas escenas en la que los personajes se encuentran divagando en azoteas con la Torre Eiffel de fondo, preguntándose qué harán con sus vidas (un interrogante que de ninguna manera encontrará respuesta), ejemplifican, casi nada más con imágenes, el sentimiento de soledad, exclusión y desesperanza que sólo encontraría un remedio momentáneo en la compañia afectuosa de amigos.

"Por ahora todo va bien, por ahora todo va bien", se repite varias veces en La haine. La idea de que toda la historia transcurre mientras los protagonistas están cayendo al vacío está siempre presente. Y es que ellos mismos saben que pocas o nulas posibilidades tienen de escapar del triste y doloroso destino que la sociedad tiene preparado para los de "su clase". De esa forma, los intentos de convencerse de que por el momento todo va bien, se chocan con la dura pared de la realidad, en un final para la reflexión.

Por Santi Grandi & Chueco García.

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