26.2.09

Habla, y te caga a trompadas.

"Necesitamos hoy más que nunca estar unidos con la convicción de este modelo que no es de un partido o de un sector social, porque es de todos los argentinos y para todos los argentinos", dijo la jefa de estado.

¿Convicción? Para quedarse en el poder tantos años como se pueda, repartiendo con Néstor o no. ¿Modelo? Inexistente. La idea ya está demostrada: todo anduvo bien (en los niveles macro, desde luego) mientras el precio de las materias primas argentinas estuvo por las nubes, y durante aquellos 3 o 4 años en el que el capitalismo giró y por un tiempo al menos le brindó alguna que otra ventaja a los países latinoamericanos. Ni bien empezaron los quilombos, que requerian manejo eficaz y estratégico, se fue todo a la mierda. Piensen en los dos últimos años simplemente. Ni hablar de los últimos 365 días.

¿Modelo de todos y para todos los argentinos? Aquí realmente es cuando, de no ser mujer y estar en la posibilidad de realizarlo, sería más que atinado golpear en la cara a la presidenta. Es que Casi el 50% de la gente del país, que vive en la pobreza, los indigentes (que se cuentan de a millones), los 30 mil chicos muertos por desnutrición cada año, sólo para poner algunos ejemplos, efectivamente reciben una piña en la jeta cada vez que un "funcionario" del gobierno sale a hablar de números y datos, que de ninguna manera reflejan la realidad. Lógicamente, esto es peor cuando la que habla es la jefa del estado, la máxima responsable. Y que encima conversa y se indigna, como si por las mañanas ella tendria que subirse a manejar un taxi, en vez de manejar el país, que sólo en la teoria conduce.

Queda lo positivo de notar con total simpleza los desesperandos manotazos de ahogado que intentan dar todos los integrantes del nefasto "Frente para la victoria" para ver cuántos votos pueden robar en octubre. Ya nadie cree en ellos, incluyendose ellos mismo. Los oportunistas y asquerosos personajes como Reutemman o Romero que ya dejaron sus filas (fruto de la más detestable especulación, nadie vaya a creer que esta gente conoce la palabra "convicción") son una clara muestra.

Lo bueno es haberse dado cuenta. Lo malo, es haber vuelto a tener que sentir el rigor del cagador promedio argentino vestido de "funcionario" para poder abrir los ojos. Y tener 8 años de conducción K que, en varios sentidos (como en otros no, hay que aclararlo), constituyen sin dudas tiempo perdido.

Por Santi Grandi/Chueco Garcia.

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