Somos, una mezcla rara..
Mandamos todo a la concha de su hermana..
No nos importan los horarios ni los calendarios,
que nos dicen que no existe el mañana..
Ahora mismo te entregaré un abismo,
quiero que seas el dueño de vos mismo..
estoy cansado de pensar, que es lo q va a pasar
si mi mente se cuelga un poco mas..
si mi mente me lleva un poco mas... alla!
Y si te digo que no te entiendo nada,
a la salida nos matamos a trompadas,
porque es dificil comprender otra forma de ser,
diferente de lo que quiero ver..
diferente de lo que puedo ver..
El cielo se desploma, sobre nuestras cabezas
y a nadie le importa si estamos aca..
Bailando junto al fuego, buscando alguna luz
en medio de esta oscuridad..!
Somos, una mezcla rara......
Y si decimos que somos diferentes,
seguramente es porque estamos de la mente
porque no hay nada mas extraño que ser tu adversario
solamente por no pensar igual, solamente por no sentir igual..
que vos!
Estamos en presencia del último disco de Los gardelitos, "Oxígeno". Editado el año pasado, esta placa incluye 13 temas entre los cuáles se encuentra el que empezó sonando ayer en el Está en vos centenario. Mezclas raras tiene, quizás, uno de las mejores estrofas con las que comienza un tema del rock argentino: "Somos, una mezcla rara.. Mandamos todo a la concha de su hermana", está destinada a ser una marca de fábrica para todo aquél que, en un día con una pequeña dósis de bronca, desee parafrasear a alguna banda de rock que se sacó la mufa con un tema.
La enseñanza de la sobresaliente frase radicaría, según nuestra forma de ver las cosas, en el acertadísimo sentimiento de que llegaron tiempos de volver a mandar todo a la concha de su hermana, en un sentido constructivo. Olvidar mandatos, anhelos que no nos corresponden, o toda clase de sentimientos y pensamientos que existen para mantenernos, paradójicamente, insatisfechos y aburridos. Mandar a la concha de su hermana a todas esas cosas que nos dicen que hay que hacer, que constituyen nuestro "deber", pero de ninguna manera queremos hacer.
Abrirle la puerta a lo que deseamos, a lo que se quiere hacer, lo que queremos ser. Y mandar a la concha de su hermana (repito la frase a propósito, se aclara) a todo lo que intenta negarnos esa posibilidad.
Por Santi Grandi & Chueco García.
Mandamos todo a la concha de su hermana..
No nos importan los horarios ni los calendarios,
que nos dicen que no existe el mañana..
Ahora mismo te entregaré un abismo,
quiero que seas el dueño de vos mismo..
estoy cansado de pensar, que es lo q va a pasar
si mi mente se cuelga un poco mas..
si mi mente me lleva un poco mas... alla!
Y si te digo que no te entiendo nada,
a la salida nos matamos a trompadas,
porque es dificil comprender otra forma de ser,
diferente de lo que quiero ver..
diferente de lo que puedo ver..
El cielo se desploma, sobre nuestras cabezas
y a nadie le importa si estamos aca..
Bailando junto al fuego, buscando alguna luz
en medio de esta oscuridad..!
Somos, una mezcla rara......
Y si decimos que somos diferentes,
seguramente es porque estamos de la mente
porque no hay nada mas extraño que ser tu adversario
solamente por no pensar igual, solamente por no sentir igual..
que vos!
Estamos en presencia del último disco de Los gardelitos, "Oxígeno". Editado el año pasado, esta placa incluye 13 temas entre los cuáles se encuentra el que empezó sonando ayer en el Está en vos centenario. Mezclas raras tiene, quizás, uno de las mejores estrofas con las que comienza un tema del rock argentino: "Somos, una mezcla rara.. Mandamos todo a la concha de su hermana", está destinada a ser una marca de fábrica para todo aquél que, en un día con una pequeña dósis de bronca, desee parafrasear a alguna banda de rock que se sacó la mufa con un tema.
La enseñanza de la sobresaliente frase radicaría, según nuestra forma de ver las cosas, en el acertadísimo sentimiento de que llegaron tiempos de volver a mandar todo a la concha de su hermana, en un sentido constructivo. Olvidar mandatos, anhelos que no nos corresponden, o toda clase de sentimientos y pensamientos que existen para mantenernos, paradójicamente, insatisfechos y aburridos. Mandar a la concha de su hermana a todas esas cosas que nos dicen que hay que hacer, que constituyen nuestro "deber", pero de ninguna manera queremos hacer.
Abrirle la puerta a lo que deseamos, a lo que se quiere hacer, lo que queremos ser. Y mandar a la concha de su hermana (repito la frase a propósito, se aclara) a todo lo que intenta negarnos esa posibilidad.
Por Santi Grandi & Chueco García.
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