3.4.09

Contame una excusa

Cuando el comentario no viene de la boca del entrevistado, la cuestión pasa por hacer que diga lo que se quiere que diga, de cualquier manera. Luego de la paliza de Bolivia, alguien tenia que excusarse certeramente con la altura. Y aunque se habló del factor, nadie lo hizo de manera evidente o contundente. Entonces el periodista tuvo que "guiar" al entrevistado.

Era el turno de Mascherano. Ya habian pasado varios jugadores, pero de menor renombre. Entonces, qué mejor que sacarle el fastidio por los más de 3.500 metros al estandarte del Liverpool inglés. La preguntas se sucedian, y las respuestan eran concretas, directas y sin tapujos. Pero nada de la altura. Las palabras seguian, y el entrevistador queria su tìtulo para encabezar.

"Seguramente la altura tiene mucho que ver con esta paliza, ¿no Masche?". Finalmente, luego de esperar que fuese el jugador el que lo dijera, el periodista muestra la hilacha. Queria la excusa. Se hizo evidente que no escuchaba lo que el entrevistado tenia para decir. "Afectó sin dudas, pero nos ganaron muy bien. Nos equivocamos en todas las líneas, acá no hay excusas". Y metete el encabezado en el culo.

Por su parte, a la hora de brindar estos famosos análisis post-partidos, la mirada de Maradona fue, una vez más, la más acertada de todas. En ningún momento habló de fastidio por la altura, deslizó la posibilidad concreta de que buena parte de la decable se debió a un planteamiento táctico demasiado equivocado y, con ciertas expresiones, hasta parecía estar defendiendo el derecho de Bolivia de jugar en La paz.

Aún con 6 pepas adentro, haciéndose acreedor de la segunda peor derrota de la historia del seleccionado, Diego Maradona marcó la diferencia con su anàlisis. Y pareció transmitirle el sentimiento a los jugadores, que tampoco buscaron excusas como sí lo hicieron en fracasos pasados, y mucho menos duros que el del miércoles. El cambio dentro del seleccionado de fútbol sigue demostrandose, a pesar de las obvias dudas que de manera reaccionaria comenzarán a vertirse en los medios. Y se demuestra no sólo cuando se gana, gusta y golea. Eso es bueno, a pesar del obvio dolor que genera perder goleado y humillado por un rival que está futbolísticamente a años luz de la Argentina.

Por Santi Grandi & Chueco Garcìa.

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