23.7.10

El Ejemplo De Las Leonas

El básquet, el hockey sobre césped y por qué no el rugby son deportes en los que Argentina se encarga de ser ejemplo mundial de organización, estilos y formas de encarar las competencias. Ahora, a modo de celebrar la obtención por tercera vez consecutiva del Trofeo de Campeones por parte de Las Leonas subo una nota en su honor.


Un lugar en la historia.

Las Leonas no sólo acaban de ganar por tercera vez seguida el Trofeo de Campeones. Además, se ubicaron entre los equipos más perdurables y mejores del deporte argentino de todos los tiempos. De ellas se aprende mucho.

Cuando las malas noticias se repiten, no queda otra alternativa que preocuparse y, sobre todo, ocuparse para intentar modificar la realidad que las genera o las provoca. Diferente es cuando las buenas noticias son las que se reiteran. Además de generar una sensación de satisfacción, también resulta interesante comprender el porqué de los fenómenos que quedan marcados a fuego en el colectivo imaginario. Y de eso se trata el andar de Las Leonas a través del tiempo. Porque no son ellas, simplemente, unas chicas bonitas que practican un deporte con camisetas entalladas y minifaldas que responden a las tiranas exigencias del marketing. Tampoco son una Selección que apenas tuvo sus quince minutos de fama en un torneo de difusa importancia. Las Leonas, con todos sus éxitos y medallas a cuestas, son la cara visible de un proyecto a largo plazo que no se resiente con los recambios generacionales y en el que son las estrellas las que se adaptan al conjunto y no al revés. Las Leonas son una marca registrada y, sin dudas, ya tienen bien ganada su parcela en la historia del deporte argentino. “Si bien hubo y hay jugadoras extraordinarias, no es una generación de oro aislada, llevan quince años en un nivel muy alto. Mantenerse tanto tiempo entre las cuatro mejores del mundo es algo muy difícil de conseguir. El gran trabajo en los clubes y las escuelas, al igual que en el rugby, hacen que el hóckey sea uno de los deportes de mayor y mejor recambio”, explica y da sus razones del fenómeno Osvaldo Arsenio, director nacional de la Secretaría de Deporte.

Las Leonas, sin la intención de trazar escalafones o realizar comparaciones apresuradas, ya alcanzaron una estatura de leyenda. Como Alumni, cuando el fútbol argentino daba sus primeros pasos dentro del fútbol amateur y sin competencias internacionales de peso. O, más acá en el tiempo, como los seleccionados de fútbol que ganaron los Mundiales de Argentina 1978 y México 1986. O aquél súper equipo de pibes que trascendió a la historia en el Mundial de Japón 1979. Aunque, por su continuidad, este proceso tal vez se asemeje más al de los chicos de la generación Pekerman –luego continuada por Francisco Ferraro y Hugo Tocalli–, que durante más de diez años fue hegemónico, más allá de nombres y resultados, en el concierto del fútbol juvenil.

Otro paralelo de las enormes Leonas podría trazarse con el básquetbol. Primero con los legendarios campeones mundiales de Argentina 1950, que también brillaron en Juegos Olímpicos y Panamericanos, hasta que la llamada Revolución Libertadora se interpuso en su camino y los proscribió. O con la Generación Dorada, que no baja del top cuatro en las principales competencias ecuménicas desde 2002 y que procurará demostrar su vigencia en el Mundial de Turquía que se avecina.

En ese sentido, las equivalencias entre ambos deportes son reveladoras. Carlos Siffredi, director de Alto Rendimiento Deportivo desde 1998 a 2002 y actual director de Club de Amigos, sostiene: “No se trata de una camada talentosa, ni de que se juntaron 10 jugadores muy hábiles, ni siquiera uno que aglutine todo a su alrededor. Acá, todo tiene que ver con la estructura de sostén: ya van muchos años de Las Leonas en la elite, pasaron tres entrenadores, un montón de jugadoras y, sin embargo, se mantiene la permanencia en los primeros planos. En el básquetbol, volviendo sobre la importancia de lo estructural, se vivió un proceso similar, desde la creación de la Liga Nacional hasta lo que significa el deporte en la actualidad”.

Y más allá del básquetbol, si se menciona a equipos inolvidables, no se puede dejar pasar al polo y sus históricos cuartetos (Venado Tuerto, El Trébol y Coronel Suárez y los grandes conjuntos de las últimas décadas), sin olvidarse de los campeones olímpicos en París 1924 y Berlín 1936. Y, por qué no, al tenis que, en la Copa Davis, con dos subcampeonatos de la mano de David Nalbandian y compañía, supo imponer su presencia a nivel mundial en esta década.

O el vóleibol y la camada de grandes jugadores que hizo pata ancha entre el Mundial de Argentina 1982 y los Juegos de Seúl 1988, cuyo reflejo se sigue viendo en la actualidad. Y, por supuesto, el rugby, con sus equipos memorables (entre ellos el CASI campeón de 1917 a 1930 y el SIC con sus 8 títulos en la década del ‘70) y con ese consagratorio tercer puesto de Los Pumas en el Mundial de Francia 2007. Sobre ello y los parecidos posibles en el trayecto recorrido por ambos deportes, Rodolfo O’Reilly, ex DT de Los Pumas y ex secretario de Deporte, destaca: “Hoy, al hóckey lo juegan cada vez más chicas, es un crecimiento armónico. Así, tanto en el hóckey como en el rugby, los logros del seleccionado son la síntesis de lo que ocurre en los torneos locales”.

Marcelo Garraffo, secretario de Deporte de 1999 a 2001 y referente del hóckey masculino en Argentina, es otro de los que se deshace en elogios respecto a Las Leonas. Tras asegurar que la proyección de cara al Mundial que se viene en Rosario y a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 es la mejor, define: “Si Las Leonas son exitosas es por el proceso. Cada nuevo entrenador que llega, más allá de aportar su pincelada personal, se encuentra con un camino ya recorrido. Así, en un momento fue Daniel Portugués, que pensó en un juego de defensa y contraataque, luego fue Sergio Vigil, que agregó ataque de posición; todos aportaron para el presente ganador del equipo. Nada es casualidad, todo es trabajo previo. Y los resultados están a la vista”.

La historia ya le guardó un lugar de privilegio a esta Selección femenina de hóckey sobre césped que está muy lejos de tirarse a reposar en los laureles que supo conseguir y va por más. Se trata de un conjunto que marcó un antes y un después en un deporte que dos décadas atrás parecía estar reservado para una minoría que lo practicaba en clubes y colegios. Ahora, la tendencia se magnificó. Es por toda la obra y por toda la gracia de este grupo de grandes mujeres que se hacen llamar Leonas.

Fuente: Diario Clarín (este artículo no tiene necesidad de tergiversar la información).

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