10.8.11

La chispa necesaria para encender el fuego

Allá en Inglaterra, en Tottenham, uno de los barrios de Londres, se encendió la mecha. Ahora la cosa se extendió a más distritos de la capital y de hecho ha llegado a más ciudades, como Birmingham y Liverpool. Más de 450 detenidos, 44 policías y 14 civiles heridos es hasta ahora el saldo de unos disturbios que se parecen a los bardos callejeros en los suburbios londinenses de la década de los 80.

"...Si el pasado sirve para predecir el presente, similares disturbios en zonas populares de Londres tuvieron una dinámica de días con una tendencia a la repetición semanas, meses o años más tarde. En Brixton, un barrio del sur de Londres con graves problemas socioeconómicos, la muerte de un joven provocó tres días de disturbios en 1981. Cuatro años más tarde, otra muerte, también achacada a la policía, desencadenó varios días de violencia. Una semana después de este incidente, Tottenham protagonizó un hecho similar. La madre de un detenido de origen jamaiquino murió durante un allanamiento policial y desató un día de batallas campales que tuvo uno de sus momentos más trágicos cuando una muchedumbre armada con machetes y cuchillos mató a un policía..."

Como ves, acá las cosas se mezclan. Fácil es quedarse simplemente en los actos de vandalismo, en la destrucción, en los saqueos. Lo interesante es ir al fondo de las cuestiones. Y acá relacionamos, de nuevo, todo con todo: acá hablamos de una "mezcla de desempleo, problemas étnicos y mano dura."

Acá estamos hablando particularmente de Tottenham, el barrio que tiene una composición étnica multicultural, la mayor cantidad de desempleados en Londres y que, precisamente por esto último, no casualmente cuenta con un número interesantísimo de bandas de pibes armados, reconociendo que esto no es nuevo y tiene al menos una historia de más de 30 años.

Dicen que las imágenes de la avenida principal de Tottenham parecian de la segunda guerra mundial. "El esqueleto carbonizado de un edificio, negocios destrozados, coches dados vuelta, un bondi de dos pisos convertido en una masa negra y triturada, eran algunos de los rastros de la batalla campal".

Esto de la batalla campal es resultado de la muerte de Mark Duggan, un tipo de 29 años, taxista él, padre de cuatro hijos, y que en un episodio confuso terminó asesinado por una bala policial. Ahí arrancan las especulaciones, las hipótesis, y la idea de que Mark abrió fuego contra la cana, que andaba en alguna que otra cosita él, pero que no era un tipo violento y asesino, y... demasiadas cosas desvian el foco de la atención.

Leí por ahí palabras de un vecino de Tottenham. Decía algo así como que "la gente está harta". Me vuelve a la cabeza la idea de la tasa de desempleo más alta de Londres, las tensiones clásicas entre los oprimidos del sistema, que en un macabro juego terminan matándose los unos a los otros, casi que haciendoles el favor a las elites que nunca los quisieron y que nunca estarán dispuestos a darles nada a ellos. A ellos, que se aglutinan todos juntos, en un ambiente multicultural en donde la diversidad no suma, ya que cuando sentís que te pisotean la cabeza difícil es vivir en un ambiente de armonía. Y al que más cerca tenés para desquitarte, es al que vive a tu lado.

Hablar sólamente de los hechos, con sus datos fríos (eso de 40 persona arrestadas, 26 policías y tres civiles heridos el primer día en Tottenham) y sus cálculos en "daños materiales", me parece una estupidez. Me parece uno más de los engaños para que los análisis le pasan por el costado a la verdadera cuestión de fondo.

La cuestión de fondo apunta a contar que por ejemplo esto que ha pasado en Tottenham puede que sea un adelanto de más situaciones así que se pueden venirse en el futuro. El cóctel está preparado, y al parecer sólo una chispa puede desencadenar lo obvio. En Leeds o Bradford, por ejemplo, la mezcla es parecida: problemas étnicos y desempleo.

Tensión natural entonces, entre vecinos que no entran en el sistema. Y a todo esto, y a no olvidarlo, tenemos que sumarle el ajuste de la coalición conservadora-liberal demócrata allá en el Reino Unido. "Muchos analistas vienen alertando sobre el peligro que constituye el desmantelamiento de prestaciones sociales municipales y el desfinanciamiento estatal del sector voluntario por el impacto que tiene en la vida de adolescentes y jóvenes que viven al filo de la delincuencia o el nihilismo."

¿Te suenan familiares todas estas cuestiones? Claro que sí. De lo que se trata es del olvido de los pueblos por parte de Gobiernos que, en mayor o menor medida, terminan torciendo el brazo a los intereses financieros y especulativos. ¿O a quién te creés que benefician estos famosos programas de "ajuste"? ¿El dinero de quiénes te creés que se roban para salvar a descaradas entidades? Capitalismo salvaje, desregular la actividad bancaria, liberalismo económico: ya sabés de qué se trata.

En Tottenham, durante el fin de semana, no pasó nada que no tuviera que ocurrir. Cuando se oprime a la gente, es cuestión de tiempo que se encuentre la primer excusa para desatar la ira colectiva. Dadas estas condiciones, lo que yo ví en Tottenham y lo que se está viendo en más barrios y en otras ciudades de Inglaterra no es más que un comportamiento natural.

Un asistente social que trabaja con jóvenes en el barrio, Neville Watson, sintetiza todo: “Decir que son delincuentes es muy fácil. Lo que necesitamos es que se invierta en toda esta energía para que no se descarrile. Decir que no hay dinero para esto es hacer una falsa economía. Tarde o temprano se termina pagando un precio mucho más alto” .

Y sí, es hora de pagar.

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