7.8.11

Una Década Atrás: Jessico, de Babasónicos.

Se venia el final total, de todo. No sólo de De La Rúa. Se venía el estruendoso fin del sueño del 1 a 1, las relaciones carnales habia destrozado los esfínteres de la nación, y había que pagar las consecuencias. Esos fueron los tiempos en que Babasónicos grabó y editó el disco quiebre, el famoso trabajo bisagra que divide la década de existencia de la banda en dos. Porque ellos sabían desde el arranque que la cosa venia para largo, y como algo orquestado a casi 10 años de su primer disco, en 2001 la banda cerró el siglo XX y abrió el XXI para el Rock Argentino.

Es conclusión fácil: "todo lo bueno de Miami, sumaba en Jessico seducción instantánea y ese efecto de vivir en una frontera permanente al sur del Río Bravo: boleros freak, narcocorridos, spaguetti western y tracks de pista cubre un repertorio imbatible".

Mientras tiraban abajo las torres gemelas, mientras la Argentina iba directo al precipicio, Babasónicos llegaba con el máximo disco de una banda lanzado durante la década pasada. Porque con Jessico arribaron definitivamente las sentencias de Adrián Dárgelos, lo que es lo mismo que decir, como nos contaba Rolling Stone, que eramos testigos de una bendición ligüistíca para el acotado diccionario del Rock Argentino.

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La última década comenzaba para Babasónicos tan inestable como la realidad social, política y económica del país: luego de cinco discos con Sony, Babasónicos comenzaba la década sin la cobertura de la disquera (un clasico de aquellos tiempos fue la devolución de contratos por parte de las multinacionales discográficas) y en ese contexto lanzan dos discos semipiratas (Vedette y Groncho, esos discos de lados B que permiten conocer de hecho otra más de las facetas sediciosas de la banda ante el estado de las cosas).

Babasónicos venia en una situación ascendente, por más que Miami habia sido un disco con grandes expectativas y no tantos resultados. Y al parecer, más allá de la tan famosa crisis, aquello también ayudó para que se consuma el final de la relación Babasónicos/Sony. Ese fin trambién significó el inicio de la relación de toda esa generación con una nueva forma para el negocio del Rock, con Pop Art como sello, y la idea acabada de que habia otro modo de sacar un disco que fuera precisamente por fuera de las multinacionales.

Ese es el contexto, como se ve bastante enquilombado. Así aparece el sexto disco de Babasónicos, Jessico. El trabajo es el que cambia la historia de la banda, uno de esos discos raros en los que casi todos los temas pasan a formar parte del ideario colectivo. Casi todos conocemos casi todos los temas de Jessico. Y eso se quiera o no marca algo.

Es también el disco que le significa a Babasónicos el ingreso definitivo a las grandes ligas del Rock Argentino. Lo dijimos, pero lo repetimos. La síntesis perfecta, el momento en que la banda arriba a una nueva forma de componer. Y de hecho es a partir de este disco en que comenzamos a notar aquello del "sonido Babasónico". Hay un sonido Babasónico, y de eso no quedan dudas. Y creeme que a nivel planetario son pocas la bandas que llegan alguna vez a algo parecido.

La guitarra que puntea y la rítmica tienen un sonido que sólamente se la podemos escuchar a Babasónicos. Las estructuras compositivas son la marca registrada de esa suerte de poeta maldito que es Adrián Rodríguez, más conocido como Dárgelos. Y todo esto, que ya es algo sumamente conocido por todos, comenzaba definitivamente cuando empezaba la década pasada. Se derrumbaba el país. Se erigía la síntesis Babasónica.

A la hora de los premios, Jessico se ganó todos. El "Sí" del Clarín, el "No" de Página 12, la Rolling Stone, los Inrokuptibles, todos, escogieron al sexto disco de Babasónicos como el mejor de 2001, por robo. Incluso ganaron un premio en Los Angeles, y ya en el inicio de ésta segunda década del siglo XXI, la misma Rolling Stone lo considero el mejor de los 50 mejores discos del Rock Argentino de la década del 2000, previo voto de músicos, tipos del palo del rock,

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Traducción para nada literal pero sí respetando la idea de fondo del sitio allmusic.com respecto a Jessico:

"Si se necesitaba alguna prueba más de que el rock latinoamericano podría darle una lección a la gran mayoría de las bandas estadounidenses, el increíblemente entretenido "Jessico" de Babasónicos es ella. El sentido del humor de los argentinos no los desmerece en absoluto: considerando la sugestiva arte de tapa, sin mencionar que una canción se llama "Pendejo". Como siempre, la banda demuestra su comando sobre toda clase de estilos sonoros, que se transforman instantáneamente en un paquete adictivo que realmente se destaca.

Con cerca de 10 años de experiencia, Babasónicos tiene la energía y la apertura mental de una banda joven mezclada con la experiencia de una banda de mayor edad. Consideren la pieza con la que inicia el disco: "Los Calientes", que tiene ese sentimiento dark y esa energía tipo Depeche Mode (Suponete algo parecido a "It's No Good")... y toda la pieza atravezada por la calida y ganadora voz de Dargelos, una parte orquestral final hermosa y suficientes beats funk como para transformar a este tema en la propia bestia del disco.

Mientras la banda patina con perfecta facilidad desde pasionales rocks hasta sonidos que los emparentan a las clasicas guitarras de los western spaguettis, Babasónicos logra todo esto incluso de una manera más fascinante que Beck. Y se siguen deslizando: riffs metalaros y voces distorsionadas nos remiten a bandas de hard rock de los 80, como la manera en que pisan fuerte y machacan con "Soy Rock" o "La Fox". Después está la parte en el medio de "Pendejo" en que de repente todo se transforma en una atmósfera estilo Black Sabbath...

En el medio de todo hay preciosas baladas como "El Loco" y la perversa y hermosamente titulada "Toxica", que terminan de probar que Babasónicos sabe cómo usar el patrimonio propio musical de Argentina como también muchos de los patrimonios sonoros mundiales, y todo para su propio beneficio."

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Palabras de Wallas, de Massacre, respecto al significado de Jessico para su generación.

Cuando salió Jessico tuve la impresión de que su austera tapa amarilla era una puerta hacia algo nuevo, hacia algo nunca antes hecho: el esquemático simbolismo de tapa me sugería: estamos "puerteando" hacia el futuro. Sentí que hasta ahi habiamos tenido una historia del rock nacional, y con este disco comenzaba un presente y se fundaba por fin el tan esperado Nuevo Rock Argentino.

Suceso comercial y éxito artístico, con Jessico comienza el germen de la fórmula compositiva y lírica de los futuros discos de la banda, su sello, la síntesis, la receta babasónica alguna vez explicada por ellos mismos como "sustractiva", el postulado del que menos es más aunque regado de oportuna riqueza.

Al escuchar la secuencia que da pulso a la infinita progresión de acordes de teclado en "Los Calientes" dije: "Esto es pop internacional del primer nivel, mundial, ¡universal!". Inteligente, sexy y recontra bien producido.

Irreverente, cautiva y seduce. Sugiere y propone, marca posturas estéticas y normas de conducta, es Pop y Rock, es arte y entretenimiento. Trajo chicas, "desmachizó" al Rock Argentino. Jessico es el discazo de mi generación.

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