24.8.11

Santaolalla en dos momentos

En la década del '70, Gustavo Santaolalla se fue del país cuando la cosa realmente se puso jodida. Se fue porque no aguantaba más. Nunca se bancó la censura - y lo bien que hizo - ni tener que llegar al penoso punto de tener que autocensurarse. Se había hinchado las bolas de todo, entre otras cosas de los problemas económicos. Además, en aquél entonces, para el tipo de música que Gustavo quería hacer había solo dos lugares que sirvian: Estados Unidos e Inglaterra. Como tuvo menos problemas para lograr la residencia en Estados Unidos, se decidió por el país del norte de nuestro continente, y entre New York y Los Angeles se quedó con L.A, para que su comienzo sea más "liviano".

El Santaolalla que viajó a Los Angeles se llevó un demo, una cinta como carta de presentación, como una muestra de su trabajo. La había grabada acá con músicos argentinos y la habia mezclado en Estados Unidos. La onda era la suya: una fusión de rock y folclore. A los 15 días de llegar conocería gente de la WEA, la disquera, y éstos deliraron cuando escucharon lo que tenia grabado este argentino. Y aunque obviamente no podía creer que en dos semanas las cosas comenzaran a encaminarse, lo cierto es que, como tenia sentido pensarlo, allá habría que comenzar todo de nuevo.

Gustavo volanteaba sus propios recitales en las puertas de los boliches, los monos de seguridad lo echaban como a cualquier otro mortal, y esas yerbas conocidas por todos nosotros, los comunes. Pero... claro que Gustavo tiene su "pero", como toda excepción. A los 6 meses ya estaba tocando dentro de los locales más importantes, y como grupo principal, hay que aclararlo. Eran épocas de Wet Picnic, sensacional grupo armado por el Gusta en tierras estadounidenses.

Si bien venia con muy buena pata, la firma de un contrato no iba a ser cosa sencilla. Era algo que podía llegar a tomar unos 9 meses. Igual, estaban muy copados los tipos de la WEA. Y, dato interesante al menos, el abogado de este joven argentino radicado en L.A terminó siendo John Eastman, el hermano de Linda, sí, la esposa de Paul McCartney, que también era claro abogado del gran Paul, y no sólo de Paul, sino también de Steve McQuen.

Locuras, cosas raras, novedosas, que le pasaron a Santaolalla en Estados Unidos. Como también fue una locura cuando la WEA cortó el presupuesto, y su contrato entró en la volteada. Al final le dijeron: "vos aguantate un tiempo, que lo tuyo sale", pero en ese interín Gustavo empezó a desilusionarse con la escena musical de Los Angeles, y de alguna manera las ideas de la vuelta al país probablemente hayan comenzado en estos momentos.

Y lo interesante del caso es que en Gustavo Santaolalla se nota claramente su transformación tras emigrar a Estados Unidos en un disco que es argentino, quiero decir grabado en Argentina y junto a argentinos, y que es a su vez su primer disco solista. Año 1982. LP simplemente llamado "Santaolla", y al final la banda no tuvo nombre, aunque se habia coqueteado con el saludable "Albergue Transitorio". En ese debut solista de Gustavo Santaolla llamado entonces simplemente Santaolalla encontramos la entrada definitiva del Rock Argentino en los '80. Después llegarían Clics Modernos de Charly y esa explosión que fue Sumo como para hacernos recuperar, al menos en lo sonoro, una de las tantas cosas que la dictadura cívico-militar nos había quitado. Pero ese sería otro tema, quizás.

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Y después, Gustavo se dedicó a demasiadas cosas. Entre otras, fue sin lugar a dudas el productor padre de aquello que se conoció como Rock Latino, y ahí simplemente tenés que ir sumando: Cafe Tacuba, Molotov, Bersuit, Divididos, entre otros. Pero claro que habría más. Después de esto llegaría la idea que faltaba: fusionar el tango con la música electrónica. Hacer de todo: house, trip-hop, downtempo. Con samplers de Zitarrosa, o del que venga. El nombre del proyecto: Bajofondo Tango Club.

Gustavo al mando, con tipos interesantísimos a su alrededor: uno que venia de rapearla de lo lindo en EL Peyote Asesino, Juan Campodónico, Luciano Supervielle, Diego Vainer y colaboraciones de lujo.

La idea original se podía resumir así: "dar una visión de la vida urbana en el Río de la Plata, a través de un sello electrónico con raíces latinas."

Desde ya que Bajofondo Tango Club generó los clásicos comentarios de ortodoxos, del bando que se te ocurra. El tanguero viejo, "¿qué es esta cagada, eso no es tango!", El fan de la electrónica: "pero che, esto no es electrónica", y así se entiende la idea. Además, más allá de que la misma polémica y las mismas críticas en gran medida terminan demostrando el valor de la obra en sí misma, con bajofondo no se buscaba hacer "el nuevo tango", sino, como el mismo gustavo lo diria, se buscaba crear un lenguaje que represente una visión contemporánea de la vida en las urbes del Río de la Plata.

Y digamos que se logró.

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