13.9.11

Daffunchio y el homenaje a las reflexiones

Hay oportunidades en las que no podemos zafar de hacer un clásico recorrido por la vida artística del tipo o de la tipa homenajeado/a. Hay otras, sin embargo, en que preferimos irnos por otros lugares. Algún recoveco que nos permita conocer más a la persona, como recuerdo que hicimos cuando hablamos del Marciano Cantero.

En las entrevistas en las que el tipo que las hace anda derecho, es muy difícil que Germán Daffunchio no comience con una serie de pensamientos que rápidamente alguien encasillará dentro del "existencialismo". Está claro que Germán busca analizar su realidad, y la realidad del momento, recordando cómo eran o cómo parece ser que fueron las cosas:

"El pibe que dice: ‘voy a ser músico, voy a pegar con un tema que me va a salvar, voy a ser rico y famoso, voy a tener grupies’, y lo que se supone que es el rock, está fantaseando. Eso es una fantasía. Está el desafío de poder hacer temas; está quien quiere que lo escuchen a él, o el que trata de comunicarse”. Palabras de Daffunchio, que van surgiendo tras el disparador que supuso que alguien le pregunte sobre el disco "Despierta".

Y hay más fantasías en la vida, según Germán y nos plegamos a la idea. Para el tipo que vive bien lejos de Buenos Aires la motivación de su partida personal de la capital limada radica en que necesitaba encontrar el equilibrio entre la realidad y la fantasía. Todo el mundo del espectáculo es una gran fantasía, dice Daffunchio y por obvias razones tiene sentido que él nos hable al respecto. También es cierto que Germán tenía que criar hijos chicos, y en una sabia decisión buscó un entorno más cerca de la naturaleza. "Buenos Aires está podrido; no sirve para nada. No hay nada. En una época hubo fábricas y trabajo; hoy sólo está bueno si querés ser de esos multimillonarios de la City, que quieren mover guita en la bolsa. Pero nosotros somos músicos, ¿viste?", cierra nuestro homenajeado, como para que no queden dudas.

Claro que las épocas cambian. Cierto es que durante 15 años Germán viajaba todos los fines de semana en colectivos de mierda para poder tocar en Buenos Aires. Eran las épocas del under, y la idea estaba clara: si ese era el costo, habia que pagarlo. Han pasado varios años de aquellos tiempos. Han pasado, incluso, varias décadas. Ahora, Daffunchio necesita de la naturaleza. Es una parte esencial de la vida, y cuanta falta haría que todos entendamos esto, ¿cierto?

Puede que te hayas quedado con ganas de más, en este como ves peculiar homenaje a Germán Daffunchio. Esta es a nuestro entender la manera correcta de homenajear a estas personas, de hecho.

-"Desde chico me gustó la idea de la eterna búsqueda. Y eso que he estado al lado del “oro”, y no me tentó. Sé las cosas que me resultan importantes, que son las que uno se imagina en la caminata."

Interesante la parte del oro y de la caminata ¿no? Es claro a lo que va Germán. Él, como varios, estubo en ese lugar en el que todo tiende a hacerte creer que sos un semidios. "Y eso es una cosa más que hay en la vida, parte de las cosas que se ofrecen dentro del supermercado", nos cuenta, con una acertada metáfora. Estuvo ahí, tuvo el oro al lado. No lo tentó. Prefirió otro camino. Claro, no serás multimillonario ni tapa de revistas de moda. Pero serás real, genuino. Libre. Tendrás que darle explicaciones a muy poca gente, y a lo sumo a gente a la que querés, con lo que la carga no es pesada como tener que darle explicaciones al banco o a la empresa de celulares que te contrató.

"Conseguir dinero para sobrevivir no es tan díficil; otro plan es querer ser millonario. Para eso tenés que entrar y comprarte todo el supermercado", cierra Germán. Y vos sabés bien lo que pasa cuando estrás a ese supermercado gigante. Se te hace difícil salir. Cuando te diste cuenta, tomaste muchas decisiones que te atarán.

"Desde chico me gustó la idea de la eterna búsqueda", nos contó Daffunchio. Por allí deberíamos quedarnos, siempre.

(*) Nota armada en base a una entrevista encontrada en una rato de búsqueda a través de la red.

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